Alberto J. Schuhmacher: «Los avances en la investigación biomédica de las últimas décadas nos han permitido estar mejor pertrechados frente a esta pandemia»
Alberto Jiménez Schuhmacher
Investigador ARAID responsable del Grupo de Oncología Molecular del Instituto Investigación Sanitaria Aragón
Alberto Jiménez Schuchmacher es investigador ARAID y jefe de Oncología Molecular del IIS Aragón. Ha participado en múltiples proyectos de investigación y divulgación científica, es Hijo Predilecto de a ciudad de Zaragoza y uno de los mayores talentos de la ciencia española actual.
A estas alturas de la pandemia, ¿hay quien no ha comprendido que si no sigue las normas se convierte en un peligro potencial para la sociedad?
Quien a estas alturas no ha entendido las normas sencillas de ponerse una mascarilla, mantener la distancia, lavarse las manos y ventilar o no quiere enterarse o es tremendamente irresponsable.
¿Cómo ha afectado la Navidad en el aumento de casos?
Los datos indican lo que, por otro lado, se preveía, y es que, cuanto más nos juntamos, más aumentan los casos. A mí me parece particularmente triste porque lo sabíamos y muchas muertes y sufrimiento que vendrán ahora, estando tan cerca las vacunas, podrían haberse evitado.
Que si todo es una ‘plandemia’, que si el Covid no es peor que la gripe común, que si los chips de Bill Gates…. ¿A qué cree que se debe la proliferación de las fake news y de negacionistas del Covid-19? ¿A un bajo nivel en ciencia? ¿Poco pensamiento crítico?
Para entender qué está pasando hace falta un mínimo de cultura que es innecesaria para seguir una teoría conspiranoide, que además puede ir alineada con lo que queremos pensar. Por otro lado, se ha informado tal vez demasiado, y no de la manera correcta. Se ha seguido todo al minuto y resultado, hay personas que sufren de infodemia, de intoxicación informativa y posiblemente las “fake news” pueden permear mejor en esa situación.
Hay personas que no quieren ponerse la vacuna (en noviembre se estimaban en alrededor de un 45% de la población española). ¿Qué les diría para que no desconfíen de la vacuna y decidan ponérsela?
Este porcentaje irá disminuyendo conforme avance la campaña de vacunación y la gente vea, en primera persona, que estas vacunas son seguras. Yo estoy deseando vacunarme, pero hay personas que por su riesgo deben hacerlo antes y debo esperar. Hay quien dice que quiere esperar un tiempo, pero lo que no sabe es que estas vacunas empezaron a administrarse ya en marzo durante las primeras pruebas de los ensayos clínicos. Si han ido rápidas es porque se han eliminado periodos largos de reclutamiento de voluntarios y se ha puesto un dineral para acelerar todo lo posible.
Si las agencias del medicamento dicen que son seguras, lo son. Yo me fío completamente. Ya se han vacunado muchos millones de personas en el mundo y seguimos los escasísimos casos de reacciones adversas, por otro lado, controladas, con una cobertura mediática global que parece que sea la norma y no una rarísima excepción. Frente a unas pocas reacciones adversas tenemos cerca de dos millones de muertos en el mundo y cien millones de contagiados…
Además, muchas personas opinan en medios de comunicación sin saber. Si yo, que no entiendo de aviones, grito dentro de una aeronave que hay un fallo mecánico seguro que habrá personas que querrán bajarse del avión por miedo. En esto está opinando demasiada gente y sabemos como era un mundo sin vacunas.
A fecha de 4 de enero, Aragón había puesto el 15% de las vacunas de las que disponía. ¿Por qué se está tardando tanto?
Es algo que no entiendo y que me duele especialmente. Los porcentajes irán mejorando. Confío se solucione rápidamente. Estoy convencido de que los sanitarios quieren ponerlas en turnos de 24/7 si hace falta.
¿Cree que se están explicando bien todas las medidas que se van tomando para evitar contagios? ¿Se están transmitiendo los mensajes adecuados a la ciudadanía para que se involucre?
La gente está cansada. El gobierno no debería decirte con cuánta gente puedes reunirte, deberíamos haber interiorizado ya que determinados comportamientos nuestros tienen consecuencias en la vida de muchas personas. Por otro lado, en los países que mejor se ha controlado la pandemia se aplica lo que yo llamo el principio de Cobra Kai, la serie de Netflix: “Pega primero, pega fuerte y sin piedad”. Medidas duras y rápidas son más efectivas que estar negociando una convivencia con el virus. Hasta que no solucionemos el problema sanitario no se empezará a solucionar el económico.
Hasta que no solucionemos el problema sanitario no se empezará a solucionar el económico
¿Cuánto tiempo estima que formarán parte de nuestro día a día las mascarillas y las medidas que hemos ido adoptando estos meses?
El necesario. Necesitamos, según dicen los expertos, estar inmunizados en torno al 70% de la población. Hacerlo infectándonos, en lugar de vacunándonos, tiene un coste de vidas y secuelas en muchas personas que son inasumibles por nuestra sociedad. Conforme avancen las vacunaciones y mejore la climatología, dejando hacer más cosas al aire libre, si no hacemos el cafre ahora permitirá ir relajando medidas.
¿Qué nos ha hecho aprender esta pandemia sobre ciencia e investigación?
Que la ciencia es importante, que debemos cuidarla y apoyarla. Pese a todo lo que estamos sufriendo y los errores cometidos, los avances en la investigación biomédica de las últimas décadas nos han permitido estar mejor pertrechados frente a esta pandemia. Se identificó al virus en apenas dos semanas permitiendo hacer test de diagnóstico algo que se tardó años para el SIDA, por ejemplo. Para el SARS en 2002 discurrieron 20 meses hasta inyectar un prototipo en el primer humano. Este plazo se ha reducido a solo 2 para la Covid-19 y en apenas 3 meses se alcanzaron etapas a la que nunca llegaron los proyectos de vacuna para el SARS. ¡No puedo ni imaginarme cómo hubiera sido esta pandemia hace 20 años!
Actualmente usted trabaja también en la iniciativa CoviBlock, ¿podría detallarnos en qué consiste?
Se trata de un proyecto de investigación y asistencia técnica lanzado por el Instituto de Investigación Sanitaria Aragón en el que investigadores del ámbito sanitario y tecnológico colaboran para definir el concepto de “zonas de bajo riesgo de contagio de la COVID-19” y establecer medidas preventivas.
¿Cómo de importante es que los establecimientos como tiendas y bares instalen sensores para controlar el nivel de CO2?
Hoy sabemos que el virus de la Covid-19 se trasmite, además de por microgotas, por unas gotas más pequeñas que llamamos aerosoles que pueden permanecer tiempo en el aire, sobre todo en sitios cerrados y más si están mal ventilados. Cuando respiramos además de aerosoles emitimos CO2. Medir aerosoles es complicado, pero medir CO2 es sencillo. Ventilando adecuadamente y monitorizando los niveles de CO2 podemos disminuir el riesgo de contagio por aerosoles. Esto no exime de cumplir el resto de medidas de distancia, mascarilla, higiene…
¿Hay mucho desconocimiento sobre lo que tienen que hacer los negocios para ofrecer un ambiente seguro para sus clientes?
Los negocios quieren ofrecer las mejores garantías y estamos percibiendo mucha sensibilidad y ganas de hacer las cosas bien, pero en muchas ocasiones no saben cómo. Abrir una ventana o una puerta no es ventilar. Ventilar es renovar el aire. Podemos congelarnos en un local y, sin embargo, no estar ventilando adecuadamente. Además, la ventilación debe ser constante.
Usted siempre aboga por “prohibitivir” el tabaco. ¿Qué quiere decir con esto?
No conozco a nadie de mi edad (40) que empiece a fumar, pero sí a muchas personas que quieren dejarlo. Hay que ayudarles. Pero debemos evitar que los jóvenes empiecen a fumar, debemos hacer prohibitivo su acceso encareciéndolo. Esto funciona en otros países. Si no empiezan, no tendrán que dejarlo; en una generación, problema resuelto. Además, los fumadores ya no son rentables para el Estado. Pero no solo eso, debemos desnormalizar el consumo del tabaco. Si ahora vieses a Rafa Nadal fumando dirías: “¡Qué desilusión! ¡Qué mal ejemplo para los niños!” ¿Y cada vez que un niño ve a sus queridos tíos y abuelos fumar? Cuando voy con mi hija por la calle vemos a decenas de personas fumar en terrazas, en las paradas del autobús… y son sus vecinos, sus profesores… ¿Cómo le explico que es malo? ¡Fumar mata! Lo pone en las cajetillas.
Estamos en una década decisiva de la lucha contra los cánceres y se están produciendo muchísimos avances gracias al conocimiento generado
Recientemente, y como medida de protección frente a la propagación del Covid-19, se ha prohibido fumar en las terrazas. ¿Cree que este tipo de medidas pueden llegar para quedarse y avanzar en el reto de reducir el número de fumadores?
Debe quedarse, pero lamentablemente dudo mucho que las personas que deben implantarlo sean lo suficientemente valientes como para hacerlo. Llegará desde Europa en unos años, espero. Hoy nos parecería inaceptable que se pudiera fumar en un autobús o en el trabajo. En el futuro nos parecerá increíble que se pudiera fumar, con lo que se sabe.
Aunque hayamos visto nuestras vidas trastocadas por la llegada del Covid-19, el resto de las enfermedades no han desaparecido. ¿Hay novedades en sus investigaciones en el campo del cáncer?
Estamos en una década decisiva de la lucha contra los cánceres y se están produciendo muchísimos avances gracias al conocimiento generado. Pero me gustaría reforzar la idea de que la investigación siempre es importante y transversal. La investigación frente a la Covid-19 también nos va a ayudar frente a otras enfermedades como el cáncer. Por ejemplo, las vacunas basadas en RNA de Pfizer (BioNTech) y Moderna frente a la Covid-19 serán una revolución. Esta tecnología se aplicará al cáncer seguro, y pronto.
Además, todo lo que se está aprendiendo del sistema inmunitario frente a este virus nos ayudará, por ejemplo, a mejorar las inmunoterapias. Las dinámicas de trabajo en los hospitales o las mejoras en los procesos de ensayos clínicos impactarán en la calidad de vida de pacientes de muchísimas enfermedades.
Recientemente hemos sabido que la vacuna contra la tuberculosis creada en Aragón es más eficaz que la actual de BCG. ¿Qué supone este hecho y qué dice algo así de la investigación en Aragón?
Es fascinante y un orgullo para todos del que, tal vez, no somos plenamente conscientes. La vacuna actual (BCG) basada en la micobacteria bovina lleva usándose casi un siglo, es la vacuna más administrada en la historia. Pero incluso con ella, cada año más de un millón y medio de personas en el mundo mueren de tuberculosis. La vacuna del grupo que dirige Carlos Martín promete ser una revolución. Pocos sitios en el mundo pueden presumir de una hazaña así.
Se basa en el trabajo, la perseverancia y el talento de un equipo de científicos extraordinarios trabajando muchas veces en condiciones de precariedad e inestabilidad laboral. Es un ejemplo para todos de que, con talento y esfuerzo, se pueden conseguir grandes cosas, pero con un apoyo mayor sería menos difícil y, posiblemente, más rápido.
¿Hay algo más que quisiera añadir?
Me gustaría animar a todos los empresarios a que, aprovechando la RSC de las empresas y las deducciones fiscales, apoyen la investigación que hacemos en centros y universidades. La ciencia no solo crea trabajos de “bata”. Gracias a la investigación se puede crear riqueza en nuestra comunidad que podrá retornar a sus negocios. Eso, hablando obscenamente, de dinero. Sin pensar que además, de este modo, podemos dejar un mundo mejor.
Esta entrevista está incluida en la edición en papel de febrero de 2021
Redacción AEA. LLM