Laura Latorre Molins
Periodista
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@_let_it_read
Aparecen vandalizados en diversos puntos de España varios murales feministas en los que se reivindican las figuras de mujeres importantes como Valentina Tereshkova, Clara Campoamor, Ana María Matute, Angela Davis o Frida Kahlo. La noche de los Premios Goya se filtra un audio en el que se escucha cómo varios hombres hacen comentarios sexistas y denigrantes sobre las artistas que posan en la alfombra roja. Las mujeres que se dedican a la política tienen que lidiar con constantes cuestionamientos sobre su valía profesional. Desde 2003 ha habido más de 1.081 mujeres víctimas de violencia machista en España y, aun así, existen partidos políticos negacionistas de la violencia de género.
Además, los datos demuestran que la brecha salarial sigue siendo una realidad en España (según Eurostat, las mujeres cobraron por hora en 2019 un 11,9 % menos que los hombres); las mujeres siguen estando infrarrepresentadas en ámbitos del poder y organismos públicos (son un 27% en consejos de las empresas del Ibex 35, por poner un ejemplo); según datos del INE, el 77,5% de las mujeres realizan tareas domésticas todos los días, frente al 32,9% de los hombres…
El 8M es una fecha imprescindible para reivindicar y visibilizar el trabajo y la lucha que se llevan a cabo los 365 días del año
Aun así, con todos estos datos encima de la mesa, todavía hay quienes dudan de por qué se celebra el 8M o por qué el feminismo es necesario hoy en día. Aunque algunos se dediquen a ofenderse (“¡Pero si yo ayudo en casa!”) y a llamarnos histéricas y crean que está todo hecho porque las mujeres ya podemos votar, estudiar o trabajar, lo cierto es que una página se queda corta para enumerar todos los asuntos que ponen de manifiesto que todavía vivimos en una sociedad patriarcal y sexista y que queda trabajo por delante hasta alcanzar una igualdad real.
No cabe duda de que en las últimas décadas hemos avanzado como sociedad (España ocupa el noveno puesto en el ranking del Instituto Europeo para la Igualdad de Género), pero aún estamos lejos de lograr una igualdad plena. Hasta entonces, el 8M es una fecha imprescindible para reivindicar y visibilizar el trabajo y la lucha que se llevan a cabo los 365 días del año.
Un 8M con restricciones
No ha habido un solo aspecto de nuestras vidas que en el último año no se haya visto afectado por la pandemia y la celebración de 8M no ha sido menos. Si bien no se pudieron repetir las manifestaciones masivas de años anteriores, sí se llevaron a cabo concentraciones con todas las medidas de seguridad necesarias en buena parte del país.
La portavoz de la plataforma 8M Zaragoza, Elena Bona, explica que, al tratarse de unas circunstancias especiales, desde 8M Zaragoza, realizaron una campaña en redes sociales para “poner en relieve todos los aspectos donde el feminismo debe intervenir: pensiones, violencias, empleo y precariedad, antirracismo, ecofeminismo, transfeminismo y vivienda”.
Respecto a las concentraciones que se llevaron a cabo el lunes 8, se cumplieron todo tipo de medidas y restricciones sanitarias porque, además, “la gente venía muy concienciada en guardar las distancias, llevar mascarillas, etc.”, apunta Bona.
Bona tiene claro que durante el confinamiento quedó patente que la clase trabajadora, los servicios públicos y las profesiones relacionadas con los cuidados y la limpieza (muy precarizados y feminizados) han sustentado a la sociedad.
Insiste en que las mujeres han salido más perjudicadas de la pandemia ya que los trabajos más precarios suelen ejercerlos mujeres y los cuidados han recaído mayoritariamente en ellas. La portavoz de 8M Zaragoza lanza una reivindicación fundamental: “Se tiene que invertir en política de cuidados y cuando se piense en la recuperación económica del país se tiene que hacer con perspectiva de género”. Precisamente, el lema de 8M Zaragoza de este año era ‘Imprescindibles, no invisibles. Por una salida feminista a la crisis’, como queda plasmado en el maravilloso cartel que ha diseñado la ilustradora Eva Cortés.
Otro de los colectivos que hizo una concentración el 8 de marzo fue Periodistas por la Igualdad. Su presidenta, Carmen Serrano, hace hincapié en que “en momentos de crisis todo se pone más difícil para las mujeres”. Ello se debe, indica, a que “los cuidados recaen mayoritariamente sobre nuestros hombros a lo que hay que sumar la discriminación y la brecha retributiva, entre otras cosas”. Entre las reivindicaciones que este colectivo lanza este año está “revalorizar e invertir más en los puestos que ocupan las mujeres para que no sean siempre los peor remunerados”.
“Da la impresión de que en momentos de crisis hay un retroceso en las reivindicaciones y valores feministas”, advierte Serrano y por ello insiste en que hay que incidir en la educación a largo plazo. Respecto a la visibilidad, Serrano cree que una obligación de las periodistas es “mostrar referentes” para las niñas y mujeres. En esa línea, la asociación que preside está trabajando en la elaboración de una agenda con expertos de todos los ámbitos, tanto hombres como mujeres, que trabajan con perspectiva de género para ponerla a disposición de las periodistas.
Reivindicar referentes
En el plano institucional, el Ayuntamiento de Zaragoza aprovechó el 8M para inaugurar un parque dedicado a las mujeres en La Azucarera y la Diputación Provincial de Zaragoza (DPZ) digitalizó una exposición de fotografías antiguas sobre mujeres de la provincia que pueden verse en su página web. Por su parte, el Gobierno de Aragón celebró también un acto institucional desde el cual se quiso destacar que las mujeres han sido un pilar fundamental que ha mantenido en pie la sociedad durante la pandemia.
La directora del Instituto Aragonés de la Mujer (IAM), María Goikoetxea, aprovechó su intervención en dicho acto para reconocer “la memoria colectiva de las mujeres” a cuya lucha debemos lo que somos hoy. Recordó que muchas de esas mujeres pagaron su activismo y su trabajo con la vida y mencionó como ejemplo a la primera alcaldesa democrática de España, María Dominguez, fusilada al inicio de la guerra civil.
Precisamente, a principios de marzo se hallaron los restos de Domínguez en Fuendejalón. No querría acabar este artículo sin recordar que Pregunta Ediciones acaba de publicar ‘Opiniones de mujeres’ un volumen en el que se recogen cuatro conferencias de María Domínguez donde aborda temas como el feminismo, la educación o la historia.
Dominguez fue escritora, periodista, maestra y una luchadora por los derechos de la mujer y fue asesinada por los franquistas que posteriormente gobernaron durante casi cuatro décadas el país,
perpetuando el machismo y obligando a las mujeres a asumir un rol pasivo y sumiso. No dejemos que referentes como María Dominguez caigan en el olvido. Ahora, más que nunca, tenemos que reconocer y mantener vivo el legado de tantas mujeres que han luchado por la igualdad y no podemos permitir que nadie borre o minimice todo el camino recorrido hasta hoy.
Artículo incluido en la edición en papel de la revista Actualidad de las Empresas Aragonesas de abril de 2021