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Alberto Hernández (Teléfono de la Esperanza): «Nuestros principios básicos son el anonimato, la gratuidad y la aconfesionalidad»

Alberto Hernández

Presidente de El Teléfono de la Esperanza en Aragón

El Teléfono de la Esperanza comenzó su andadura en 1971 en Sevilla para atender a las personas que estuvieran atravesando un mal momento. Posteriormente se crearon diferentes sedes y en 1984 fue el turno de la de Aragón, cuyo presidente, Alberto Hernández, nos habla de la labor que realizan, de cómo la pandemia ha influido en el tipo de llamadas recibidas en el último año y en todo el trabajo en materia de prevención de suicidio que llevan a cabo.

Háblenos de su labor en el Teléfono de la Esperanza de Aragón. 

Se atienden todas crisis humanas, es decir; personas que están atravesando un mal momento en su vida. Nuestros principios básicos son el anonimato, la gratuidad y la aconfesionalidad. Hay tres niveles de atención, el primero de ellos es la atención telefónica las 24 horas del día, los 365 días del año, el segundo es la atención profesional en sede por parte de especialistas en el área psicosocial, y el tercero es el abordaje grupal en crisis concretas y talleres para mejorar el bienestar emocional y el desarrollo personal.

¿Cómo ha influido la pandemia en los servicios que ofrecen? ¿Han recibido más llamadas en 2020? 

En 2020 hemos recibido 7726 llamadas, lo que supone un incremento de más de un 10% en relación con el año anterior, y un 40% en relación con el promedio de llamadas recibidas en los últimos 5 años.  Tres de cada diez llamadas estaban relacionados con problemas emocionales derivados de la crisis del coronavirus, y una de cada cuatro relacionada con la soledad e incomunicación, pensamos que también derivada del aislamiento que nos ha impuesto la pandemia.  

En los tiempos de mayor confinamiento, hemos podido dar continuidad a los servicios que veníamos prestando bajo la modalidad de teletrabajo (atención telefónica y sesiones con profesionales del área psicosocial) y por videoconferencia en los grupos de apoyo y de bienestar emocional.

¿Cuáles son los perfiles más comunes de personas que llaman al Teléfono de la Esperanza?  

Los perfiles son muy variados, pero según los datos que disponemos, suelen llamar más mujeres (67%) que hombres (32%), generalmente entre los 40 y 55 años, aunque hemos detectado un incremento de llamadas de personas jóvenes, y de mayores de 65 años. La soledad no deseada y la inestabilidad emocional se pueden detectar en todas franjas de edad de las personas que nos llaman.

¿Cuáles suelen ser los problemas que motivan las llamadas que reciben? ¿Han variado en el último año?

Los problemas que veníamos atendiendo antes son similares que en años anteriores, pero se han agudizado con la crisis de la Covid-19, personas que ya de por sí presentaban un sentimiento de aislamiento o soledad, problemática de salud mental, dificultades en la convivencia familiar con esta esta crisis les ha hecho más vulnerables en muchos casos. 

Hemos recibido muchas llamadas  de personas que nunca habían precisado nuestra atención pero que se han visto en una situación que les desbordaba,  como por la incertidumbre, miedo al contagio, por tener un familiar afectado por la enfermedad, o duelo por el fallecimiento del mismo, la crisis socioeconómica , y 

personal sociosanitario, que se han puesto en contacto con nosotros para recibir apoyo emocional e información sobre todo tipo de recursos de ayuda nuestros y de la red de servicios a la comunidad.

¿Ha afectado la pandemia a la salud mental? 

Según los datos que disponemos de las llamadas recibidas, podemos confirmar que ha afectado a personas que presentaban factores de vulnerabilidad emocional de base, así como a otras personas que tenían una vida estable en muchos aspectos antes de la pandemia, y que les ha sido preciso buscar ayuda a través de nuestra línea telefónica por factores relacionados con esta crisis global. 

Incluso con todas estas dificultades del contexto, desde el Teléfono de la Esperanza de Aragón, percibimos que aunque no salgamos más fuertes en muchos aspectos, sí que han fortalecido los valores humanos y la solidaridad entre las personas,  familias, y colectivos,  aspecto que puede favorecer la el desarrollo de la resiliencia. No obstante, se va a precisar de un inmenso esfuerzo por parte de los recursos de ayuda que atendemos a aquellas personas que peor lo están pasando.

La pandemia ha afectado a personas que presentaban factores de vulnerabilidad emocional de base

¿Cree que en los últimos años se ha ido normalizando llamar al Teléfono de la Esperanza?

Efectivamente, cuando hablamos de crisis humanas, nos referimos a personas que se encuentran atravesando un mal momento. ¿Quién no ha pasado un mal momento en su vida?  El Teléfono de la Esperanza es un recurso de atención universal, en la que puede ser atendida cualquier persona en un momento concreto de su ciclo vital.

¿Se reciben más llamadas de gente joven que al principio de vuestra trayectoria? ¿A qué crees que se debe y cuáles suelen ser los problemas por los que llaman?

Las personas jóvenes llaman con más frecuencia, especialmente los últimos años. Creemos que ha tenido una especial influencia nuestra presencia en las redes sociales y el acceso a nosotros a través de las nuevas tecnologías, que les ha acercado a nuestros servicios a este sector de población.

Realizan una labor importante en prevención del suicidio. Cuéntenos un poco en qué consiste.

Desde hace varios años, El Teléfono de la Esperanza ha sido pionero en Aragón y España, poniendo en marcha campañas de sensibilización para la población en general ante esta triste realidad. El conocimiento de la población sobre esta problemática le facilita poder identificar cuando un ser querido o cercano pueda estar en riesgo, y proceder a ser un agente de ayuda efectiva, y si una persona presenta estas ideas, sea capaz de expresarlo a alguien cercano o pueda acceder fácilmente a los recursos de ayuda, uno de ellos es el Teléfono de la Esperanza.

Las personas voluntarias que atienden el teléfono están formadas para abordar cualquier tipo de llamada, y especialmente las de contenido suicida, y si el llamante lo precisa puede ser atendido en consulta con un profesional de la psicología u otros profesionales del área psicosocial, para abordar esa crisis hasta que se logre vencer, y en el momento en el que pueda ser beneficioso para el usuario, asistir a alguno de nuestros grupos de apoyo. 

Nuestra experiencia en la atención a esta problemática nos hace sabedores que la persona que piensa en el suicidio no quiere morir, sino que quiere dejar de sufrir, y eso es lo que le ayudamos a ver a la persona que se encuentra en ese estado. 

Asumiendo esta premisa y aceptando la relación de ayuda, puede dejar de sufrir, aunque sienta dolor por la circunstancia que pueda estar atravesando.

El Teléfono de la Esperanza a nivel nacional y Autonómico ha sido la entidad que ha colaborado activamente para que se haya impulsado tanto en el Congreso de los Diputados como desde las Cortes de Aragón las proposiciones no de ley que, una vez aprobadas, dieron luz verde al compromiso de los gobiernos a impulsar los planes de prevención del suicidio que hacen falta. Hemos asesorado en todo lo que ha sido posible desde nuestra experiencia para que puedan salir adelantes estos planes y estrategias.

La persona que piensa en el suicidio no quiere morir, sino que quiere dejar de sufrir, y eso es lo que le ayudamos a ver a la persona que se encuentra en ese estado 

¿Qué tipos de talleres y acciones formativas realizan? 

Talleres para atender crisis concretas: Grupo de terapia para la adicción al juego, grupo entre amigos (soledad no deseada), abordaje del duelo, resolución de conflictos, prevenir la depresión, separación afectiva. Cursos para el bienestar emocional: psicología positiva, estrategias psicológicas para vivir en bienestar, yoga, autoestima, pautas para la felicidad y pensar bien para sentirse mejor.

¿Cuántas personas trabajan en el Teléfono de la Esperanza?   

La sede está formada por 80 personas voluntarias que llevan a cabo diferentes tareas: atención telefónica, acogida, formación, dinamizadores de cursos y grupos, profesionales, y un trabajador que lleva a cabo las labores de dirección técnica de la sede.

¿Qué requisitos hay que cumplir para formar parte de su equipo de voluntariado? 

Encontrarse en un momento de su vida en el que, teniendo resueltas las cuestiones primordiales de la vida, pueda ayudar a los demás atravesando previamente un proceso de formación de un año, durante una tarde a la semana.

¿Cómo pueden nuestros lectores colaborar con el Teléfono de la Esperanza?

Desearíamos que difundieran nuestra actividad entre sus personas cercanas, y que animen a quien lo necesite a utilizarlo, o que se ofrezcan para colaborar como voluntarios, si disponen de tiempo.

El Teléfono de la Esperanza de Aragón subsiste de las cuotas de sus socios y donativos en un 95%. Las ayudas públicas que recibe nuestra sede, hasta la fecha son simbólicas. Estamos en números rojos y  aunque con nuestra actividad solidaria día y noche, los convertimos en verde esperanza,  nuestra realidad económica es cruda, especialmente con el contexto de crisis económica en la que nos encontramos. Necesitamos que nos ayuden para que podamos seguir ayudando. 

Nos gustaría que pudiéramos recibir más solicitudes de socios y socias por parte de particulares y que alguna empresa, de forma totalmente desinteresada  pudiera ponerse en contacto con nosotros para poder apoyarnos económicamente en lo que pudiera ser posible, aunque fuera con una aportación simbólica. Esto facilitaría mucho nuestro sostenimiento.

Redacción AEA / L L M

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