Juan Guzmán (Guzman Fisioterapia): «La prevención es la mejor terapia en el 100% de las lesiones»
Juan Guzmán
Fisioterapeuta y propietario de Guzmán Fisioterapia
El 8 de septiembre se celebra el Día Mundial de la Fisioterapia y para conocer un poco más esta disciplina entrevistamos al fisioterapeuta Juan Guzmán que nos explica las dolencias más comunes, la importancia de la prevención y de qué modo nos pueden perjudicar los hábitos de vida sedentarios.
¿Podría hablarnos brevemente de su experiencia profesional?
Tras obtener la Diplomatura de Fisioterapia en la Universidad de Zaragoza en 2002, di mis primeros pasos como fisioterapeuta en el Colegio Sagrado Corazón Moncayo, encargándome inicialmente de los equipos de balonmano. Ese mismo año pasé a formar parte del Real Zaragoza en el que fui el fisioterapeuta del segundo equipo durante 13 años.
En 2016 abrí junto a mis compañeros Víctor Segura, Javier Orós y Saray Narváez el centro Guzmán Fisioterapia en el que desarrollamos nuestra labor profesional en exclusiva hasta la actualidad.
¿Qué tipo de técnicas utiliza en su clínica y con qué instalaciones cuenta?
Estamos especializados en terapia manual y nos hemos formado en técnicas mínimamente invasivas como la electrólisis y la neuromodulación. Para la realización de estas técnicas nos ayudamos de la ecografía, que además nos permite precisar nuestros diagnósticos y hacer un mejor seguimiento de la evolución de los tratamientos.
Contamos con 4 salas de tratamiento individuales y un gimnasio completamente equipado en los que aplicamos el ejercicio terapéutico, la técnica que más evidencia científica muestra en casi todos los casos
¿Cuáles son las dolencias más comunes que suelen tratar en Guzmán Fisioterapia?
Fundamentalmente patologías derivadas de la práctica deportiva y el desempeño laboral. Las patologías estrella son, por este orden: cervicalgias, lesiones del hombro, lumbalgias, lesiones de la rodilla y lesiones del pie.
¿Cómo de importante es la prevención en este tipo de dolencias? ¿Cómo las podemos prevenir?
La prevención es la mejor terapia en el 100% de las lesiones. En cuanto al deportista se refiere, tanto amateur como profesional, debe procurar mantener una alta calidad del gesto técnico, planificar el entrenamiento de forma progresiva y no olvidarse nunca del entrenamiento de fuerza.
El resto de población debe entender que la actividad física es la clave en esa prevención.
¿Cuándo tenemos que acudir a un fisioterapeuta?
El fisioterapeuta es el profesional sanitario de primera elección en patología músculo-esquelética. Nuestra formación nos permite saber cuándo derivar pacientes, con dolencias que se salgan de nuestras competencias, a otros compañeros sanitarios.
Además, la fisioterapia es fundamental en el tratamiento de las disfunciones del suelo pélvico, durante el embarazo y el postparto, en patologías neurológicas, en afecciones respiratorias (especialidad que se ha visibilizado notablemente durante la pandemia), en el entrenamiento del paciente cardiópata, durante procesos oncológicos, etc.
¿Qué nos puede suceder si no acudimos a un fisio cuando lo necesitamos? ¿Pueden cronificarse algunas dolencias no tratadas?
El organismo tiene una capacidad asombrosa para la “autocuración” y la fisioterapia permite optimizar ese proceso natural. Ante una lesión aguda hay que acudir cuanto antes, sin embargo, no debemos fragilizar al paciente ni generarle dependencia al tratamiento. La promoción de hábitos de vida saludables y el autocuidado son las claves para que el paciente tenga el control sobre su salud.
¿Cómo ha influido la pandemia en sus pacientes y en su trabajo?
El confinamiento provocó un cambio de rutinas en la población que contribuyó sobre todo al deterioro funcional de las personas de mayor edad.
Sin embargo, también hubo gente que encontró tiempo para iniciarse en la práctica deportiva. Eso sí, algunos que no lo hicieron de forma gradual, se lesionaron.
En cuanto a nuestro trabajo y ante la incertidumbre que generó el inicio de la pandemia, salvo un periodo de cierre voluntario de 5 semanas, que consideramos realizar por responsabilidad social, no se ha visto afectado en ningún modo.
¿De qué manera un modo de vida sedentario nos puede perjudicar?
Totalmente. La mayoría de patologías crónicas que vemos en consulta están relacionadas con hábitos sedentarios. El cuerpo humano está diseñado para saltar, correr, agacharse, trepar, lanzar… y no para estar 8 horas al día sentados delante del ordenador.
Por eso para los fisioterapeutas es un reto, más que ayudar al paciente a curar una patología determinada, saber dotarle de herramientas para que sean capaces de cambiar esos hábitos.
Este cambio en el estilo de vida afecta especialmente también a niños. Con exposiciones prolongadas a las pantallas y la falta de actividad física, se registran las tasas de obesidad infantil más altas de la historia.
Debido a este retraso en la adquisición de capacidades físicas, se observa incluso la aparición de lesiones graves (como la rotura del ligamento cruzado anterior de la rodilla), que hace años nunca se producían en niños de corta edad.
El 8 de septiembre se celebra el Día Mundial de la Fisioterapia, ¿qué le gustaría reivindicar o destacar con motivo de esta fecha?
Primero me gustaría poner en valor el hecho de que ya hace años la fisioterapia abandonó su caduco modelo biomédico para abrazar un paradigma biopsicosocial. Gracias a este cambio se contemplan factores que van más allá de lo físico, como son los factores sociales, económicos, familiares y laborales del paciente. Esto nos permite ser más eficientes y generar una mayor adherencia al tratamiento.
En nuestro “debe”, hemos de mejorar la comunicación con nuestros compañeros médicos para que sepan cuándo derivar a sus pacientes al fisioterapeuta y aprender a formar equipos multidisciplinares con estos y los CAFYD (graduados en Ciencias de la Actividad Física y el Deporte).
Y sobre todo debemos desterrar de forma definitiva la utilización de pseudoterapias. La utilización de terapias sin evidencia científica como son, según el Ministerio de Sanidad, la osteopatía, la quiropraxia, la acupuntura, la homeopatía, la reflexología o el reiki entre otras, atenta contra el prestigio de la profesión y contra la salud de los pacientes, pudiendo conllevar graves consecuencias para ello.
¿Hay alguna cosa que quisiera añadir?
La fisioterapia que realizamos a nivel privado no puede ser un lujo, es una necesidad a la que, por cuestiones económicas, no todo el mundo puede acceder.
Por eso es de justicia reivindicar el papel del fisioterapeuta en atención primaria y hospitalaria, un trabajo que pese a tener unas limitaciones de tiempo e independencia considerables, no siempre es debidamente reconocido.
Para concluir, creo que la población debería demandar mayor presencia de fisios, psicólogos y nutricionistas en los servicios de la sanidad pública.
Redacción AEA/ LLM