María López Palacín
Presidenta de ARAME
Que levante la mano el que no haya oído esta expresión en los últimos días… es cierto que, con restricciones, pero es algo que ya no es novedad, ya es normal, incluso la modificación de las mismas.
La realidad es que prácticamente toda la economía puede trabajar, por motivos de Covid, que la falta de materiales y los problemas logísticos son otra historia, lo que ha motivado que desde mediados de octubre y en lo que queda hasta finales de año se estén llevando a cabo todos los actos y celebraciones canceladas a lo largo de 2021 (y 2020…). Estamos concentrando en 2 meses lo que normalmente era en 12. Y es que nadie quiere esperar a 2022, queremos empezar de cero, sin nada pendiente por hacer o celebrar.
Tenemos ganas de vernos, de reírnos, de poder hablar de otras cosas y se nota, vuelve a sentirse cierto optimismo, y aunque seguimos estando en un entorno de incertidumbre, con altos precios en materias primas, energía, problemas logísticos etc. la salud es lo primero y se nos está quitando el miedo.
Es bueno que nos sigan alertando, que no nos olvidemos de que todavía existe la Covid y sigue presente en la sociedad, pero los altos índices de vacunación nos dan una seguridad, o nos crea una sensación de certidumbre que minora todos los riesgos en nuestro pensamiento.
Se acerca la Navidad y vuelven las cenas navideñas, los cocteles, la ilusión de este año por fin, volver a juntarnos en familia, estar con los nuestros, abrazarnos, ya todos planificamos como lo vamos a hacer, pero repito, precaución por favor, queda un mes aún, fijémonos en nuestros hermanos de Centroeuropa y tomemos nota.
Desde ARAME, queremos difundir este mensaje, estamos presentes en gran cantidad de los actos que se están celebrando: aniversarios, conferencias, premios, jornadas profesionales sobre la introducción de la mujer en ámbitos poco comunes como la construcción, apoyando a nuestras socias, hacemos nuestras reuniones en formato hibrido (situación que ha venido para quedarse) y aunque nos encantaría vernos las caras, seguimos manteniendo todas las medidas de seguridad.
Y eso es la “normalidad”, no es necesario quedarnos encerrados, sigamos trabajando, disfrutando, sufriendo, acompañando a los que celebran y a los que lloran, pero hagámoslo con la mascarilla, el gel, enseñando el pasaporte Covid o si nos detectamos síntomas, haciéndonos un test para salir de dudas y no poner a nadie en riesgo.
Es momento también de fortalecer y renovar los mensajes con nuestros colaboradores, planteando jornadas de formación (aprovechando el crédito que aún tengamos disponible) incluso formación interna propia, nadie conoce nuestro negocio mejor que nosotros y nuestros trabajadores y de vez en cuando, dedicar una mañana o una tarde con ellos para explicarles nuestras motivaciones, que esperamos del año que viene, los objetivos planteados y que ellos nos digan lo que ven en su puesto, sus propuestas, sus ideas o en que acciones les gustaría colaborar, es muy gratificante y nos enseña mucho además de implicar, más si cabe, a la gente.
Ahora que está tan de moda la economía circular, hasta podemos aprovechar y fijarnos en los ODS y ver como nosotros, desde nuestras empresas, colaboramos en los ODS, qué intentamos mejorar en el mundo y cómo podemos aplicarlos a nivel particular, es un buen ejercicio. Les invito a que lo prueben y verán la cohesión y unidad que se consigue en los equipos de trabajo independientemente del tamaño de la empresa. Aprovechemos la situación generando una nueva normalidad en nuestras empresas.