Isabel Irigoyen (psiquiatra): «La mitad de las personas que se suicidan tienen depresión»
Isabel Irigoyen
Psiquiatra en el Hospital Clínico de Zaragoza y coordinadora de la Estrategia de Prevención del Suicidio en Aragón
“El suicidio en la gran mayoría de ocasiones se puede prevenir”. Esta es una de las principales ideas que aporta la psiquiatra Isabel Irigoyen en esta entrevista en la que abordamos el suicidio y su tratamiento en los medios de comunicación. Tal y como señala Irigoyen, en 9 de cada 10 casos de suicidio hay una enfermedad mental que se podría tratar eficazmente para salir de ese túnel.
Charlamos con ella también sobre la inseguridad que trajo la pandemia y que en muchos casos ha resultado devastadora para la salud mental de la población y, por supuesto, Irigoyen nos presenta la Estrategia de Prevención del Suicidio en Aragón.
Hasta hace relativamente poco, el suicidio ha sido un tema bastante tabú tanto en los medios de comunicación como en la sociedad en general. ¿Cree que está dejando de serlo?
Afortunadamente está habiendo un cambio, ya que todos los medios de comunicación pueden jugar un gran papel en la lucha contra el suicidio y al mismo tiempo tienen una gran responsabilidad en este tema. Y empiezan a ser muy conscientes de ello.
No hablar de él, ¿realmente ha servicio para evitarlo?
Cuando no se habla de algo parece que no exista, o bien se le da un aura de algo prohibido, algo tabú. Nos encontramos con muchas familias que cuando pierden a un ser querido por suicidio se lamentan de que nunca antes se les hubiera hablado de este tema en sus entornos habituales, y también en los medios de comunicación. Nos dicen que hubiesen preferido saber que este riesgo existía. Por otra parte, cuando algo parece tabú se tiende a no afrontarlo con claridad.
Existe mucho temor en nuestra sociedad a hablar de la muerte con alguien que te saca el tema, y lo que es más peligroso aún es el poner una barrera infranqueable cuando sale la cuestión del suicidio con frases como “no digas eso…” “no digas tonterías” “¿cómo puedes estar pensando eso…?”. Estas frases abortan cualquier posibilidad de que esa persona que está en riesgo pueda sentirse escuchada y recibir atención y ayuda. Sólo se consigue que se sienta juzgada e incomprendida y podría ser por ello la última vez que comente estas ideas.
¿Por qué es tan importante hablar de este tema?
Al suicidio le rodean muchos mitos y el que más daño le hace, sin duda, es el de que hablar del suicidio puede inducirlo. Toda nuestra experiencia clínica nos dice lo contrario, y la investigación lo mismo. Lo que ocurre es que no se puede tratar este asunto de cualquier forma ya que puede tener consecuencias, por eso es tan importante que los periodistas sepan la mejor forma de abordarlo, que es entre otras cosas huyendo de planteamientos simplistas de atribuirlo a una única causa, o de descripciones del método utilizado para la muerte, el lugar donde ocurrió, etc.
¿Existe el efecto llamada?
En salud mental no hablamos de efecto llamada sino del riesgo de un posible efecto de imitación en personas muy vulnerables en un momento concreto de su vida, que es lo que los estudios nos confirman repetidamente al respecto de determinados tratamientos periodísticos del suicidio.
En ese sentido es clave la forma de presentar noticias de suicidios sobre todo de personajes famosos. Son muchos los datos que se han ido recogiendo en el mundo, y también por supuesto ejemplos antiguos y más recientes en España, del incremento de suicidios los días y las semanas posteriores tras un abordaje informativo irresponsable de muertes de los llamados personajes públicos, bien sean del mundo de la cultura o el arte, de la vida social, del deporte o incluso de la política.
Ahora la cuestión sería cómo abordar este tema. ¿Cómo debemos hablar del suicidio, especialmente desde los medios de comunicación?
Esta pregunta es la realmente importante. Los medios de comunicación contribuirían enormemente a la lucha contra el suicidio centrándose en el sufrimiento humano que ha podido llevar a ese planteamiento de muerte, señalando que en 9 de cada 10 casos hay detrás una enfermedad mental que podemos tratar con eficacia, es decir, destacando siempre, esto es lo fundamental, que hay posibilidades de ayuda, de salir de ese túnel de desesperanza que parece eterno, y donde puede conseguirse.
En Aragón lo primero que hicimos en el despliegue de la Estrategia de prevención del suicidio, fue trabajar este aspecto. Tengo que decir que gracias a la colaboración con el mundo profesional del periodismo y fotoperiodismo hemos redactado una guía práctica para el tratamiento del suicidio en los medios de comunicación.
Posteriormente hemos pedido a las empresas de comunicación que se adhieran al compromiso de seguir estas directrices y así está siendo en el seguimiento que vamos efectuando. Ha sido encomiable ver como se asume su determinante papel en la prevención cuando se les ha hecho partícipes.
El 024 es el teléfono contra el suicidio, disponible 24 horas los 365 días del año, es gratuito y confidencial
¿Cuáles son los principales errores o problemas que encuentra usted en la manera de enfocar el tratamiento del suicidio en los medios?
En mi opinión el principal problema es el desconocimiento sobre la gran responsabilidad que tienen por su papel clave en la lucha contra el suicidio. Buena parte de ello proviene del tabú que existía durante la carrera de Periodismo donde se decía que este tema no se podía tocar de ninguna forma. Quedó tan grabado a fuego que aún hoy muchos periodistas se sienten inseguros o incómodos cuando les toca informar sobre el suicidio. Pero mi percepción es muy positiva, en Aragón está cambiando, buena muestra de ello es esta entrevista.
¿Cree que desde el confinamiento de 2020 se habla más de salud mental? ¿Ha servido la pandemia para poner sobre la mesa este tema?
Sin duda. Ahora tenemos que ver si se pasa de hablar a actuar, con planteamientos eficaces y factibles de promoción de la salud mental en todos los ámbitos de la sociedad y de intervención cuando ya la salud mental resulta dañada.
Si tienes un malestar emocional en tu vida que te hace sufrir e interfiere significativamente en tu día a día, o a tus seres queridos, si hay un sufrimiento psíquico que te limita y por supuesto si estás pensando en el suicidio como alternativa para evitar ese malestar, hay que consultar a un especialista
¿Cómo ha agravado la pandemia la salud mental de los aragoneses?
La inseguridad que nos trajo la pandemia ha sido en muchos casos devastadora. Pensemos que la incertidumbre es uno de los mayores generadores de malestar psíquico, y durante meses todo era incertidumbre. Los más afectados en su salud mental han sido los que han enfermado o han visto enfermar o morir a sus seres queridos, muchos de ellos desgraciadamente en soledad.
En estos casos estamos detectando un importante estrés fruto de los traumas vividos. Otras personas afectadas son las que han tenido en su vida graves consecuencias sociales, laborales, económicas… además de los trabajadores que estuvieron en primera línea de lucha contra el coronavirus en condiciones de precariedad y miedo, o los que ya previamente tenían su salud mental mermada, que aún se afectó más, los que tenían escaso apoyo social y aún se redujo más por los confinamientos … La lista de afectados es larga.
¿Podría hacernos una radiografía del suicidio en Aragón? ¿Cuántas personas se suicidan al año? ¿Existe algún perfil concreto?
Las cifras son de aproximadamente un suicidio cada 3 días en todas las edades, incluso desde los 14 años. En la última década en torno a unos 110 suicidios por año. En comparación con otras comunidades autónomas solemos estar en torno a la media estatal, algunos años un poco por encima y otros lo contrario. Pero pensemos que el 0.85% de todas las muertes en Aragón se deben al suicidio, esta cifra creo nos sitúa mejor en la tragedia de la que estamos hablando que hacen al suicidio el principal problema de salud pública.
Respecto al perfil decir que no existe como tal, el suicidio es un fenómeno complejo multifactorial que es connatural a la esencia humana y que evoluciona con la sociedad. Estamos viendo por ejemplo como las tasas de suicidio en los últimos años son superiores en las provincias de Huesca o Teruel respecto a la de Zaragoza, pareciendo desplazarse más hacia las áreas rurales frente a las urbanas. Otro ejemplo es que en nuestra tierra (al igual que en nuestro entorno más próximo europeo) se produce una muerte por suicidio de una mujer por cada tres hombres pero en los últimos años esta diferencia se está acortando.
¿Qué personas o qué grupo de personas son más vulnerables?
En general podemos decir que son los grupos de edad más extremos de la vida los que tienen más riesgo, es decir el grupo de adolescentes a partir de los 12-13 años y jóvenes hasta los 29 y el de las personas mayores de 65-70 años. El año 2020 vimos como más del 40% de los suicidios en Aragón se dieron en personas de más de 65 años. Nos preocupa especialmente este colectivo porque sabemos que en Aragón hay una población sobreenvejecida.
Los amigos, familiares, profesores, compañeros de trabajo… ¿A qué señales tendríamos que prestar atención cuando se trata de suicidio?
La mitad de las personas que se suicidan tienen depresión. Por ello es importante prestar atención a la tristeza, desesperanza, falta de planes o de ilusiones, ser incapaz de disfrutar con las cosas, problemas en el sueño o el apetito, angustia o irritabilidad, sentimientos de incapacidad, etc.
Pero además hay señales verbales muy obvias cuando alguien habla por ejemplo directa o indirectamente de la muerte con frases como “para vivir así…”, “preferiría no despertarme…”, “soy una carga…”, y otras señales no verbales que tienen que ver con conductas no habituales como el aislamiento social, o de las redes sociales en el caso de los más jóvenes, cambios en la espiritualidad, poner en orden aspectos de su vida a modo de despedida, etc. Cualquier señal de este tipo debería llevarnos a buscar un momento para hablar tranquilamente con esa persona sobre cómo se siente y sin miedo preguntar si tiene ideas de muerte.
Usted es coordinadora de la Estrategia de Prevención del Suicidio en Aragón, ¿podría explicarnos brevemente en qué consiste dicha estrategia?
El suicidio en la gran mayoría de ocasiones se puede prevenir, de eso no hay ninguna duda con la evidencia científica disponible, por eso la Estrategia es un ambicioso plan de prevención del suicidio. Se ha diseñado específicamente para la idiosincrasia de Aragón con las directrices que recomienda la Organización Mundial de la Salud y teniendo como referencia otras iniciativas que han tenido éxito en distintas partes del mundo.
Por eso en este plan hay una implicación transversal del Gobierno de Aragón, pero también de Ayuntamientos, asociaciones de pacientes, colegios profesionales, sociedades científicas, e incluso del Gobierno de España. La implicación de todos es crucial, puedo decir que a día de hoy colaboran muchas personas a título individual y más de 250 profesionales de muchas y muy distintas áreas (sanitarios, trabajadores sociales, farmacéuticos, fuerzas y cuerpos de seguridad, docentes, etc.) Es una tarea que está impregnando de forma real a la sociedad.
“Los medios de comunicación contribuirían enormemente a la lucha contra el suicidio centrándose en el sufrimiento humano que ha podido llevar a ese planteamiento de muerte, señalando que hay posibilidades de ayuda”
¿Cuáles son los puntos clave de dicha estrategia?
Hay dos líneas básicas, una es la prevención, es decir tratar de actuar antes de que aparezca la ideación suicida, y la otra es la intervención cuando ya hay pensamientos o conductas destinadas a hacerse desaparecer.
El fin es tratar de disminuir las muertes por suicidio en Aragón, pero involucrando a todos los ciudadanos y profesionales, no depositando únicamente la responsabilidad en los sanitarios. Por eso estamos desarrollando múltiples acciones que comprenden compromisos y objetivos, para todas las edades y grupos sociales, hasta un total de 13 áreas.
Un grupo de riesgo son las personas jóvenes. ¿Se ha comenzado a prevenir y concienciar en centros educativos?
Los adolescentes y jóvenes son uno de los grupos diana de la Estrategia. El trabajo inicialmente está siendo con los centros educativos, incluido el ámbito universitario, pero la idea es llegar después a otros entornos como son los del tiempo libre.
A principios de este curso académico presentamos una guía de prevención e intervención en la conducta suicida y hemos realizado casi 20 horas de formación a profesores, orientadores y directores de centros académicos todo Aragón.
En los próximos meses se va a ampliar la oferta formativa más amplia de cara a enfermería, médicos de atención primaria y pediatría. El siguiente paso sería la educación para la salud con fortalecimiento de las competencias emocionales, para ayudar a nuestros niños y jóvenes a afrontar mejor el estrés y la ansiedad, la resolución de problemas, las frustraciones, los acontecimientos vitales inesperados, etc.
“El año 2020 vimos cómo más del 40% de los suicidios en Aragón se dieron en personas de más de 65 años”
¿Dispone Aragón de suficientes recursos en psiquiatría?
Los recursos sanitarios siempre son mejorables. En psiquiatría y psicología nuestra situación histórica de partida ya era deficiente, lo que se ha evidenciado más por la época pandémica que ha afectado emocionalmente en menor o mayor medida a toda la población.
Los recursos están aumentando, pero es determinante trabajar intensamente en la educación y promoción de la salud como he dicho, para tratar de evitar que los trastornos mentales invadan nuestra vida y necesitemos de atención especializada. La enfermedad mental no desaparecerá, pero sí amortiguaríamos sus consecuencias y podríamos por ello destinar más recursos a las personas con trastornos mentales más graves.
Cuando se produce un intento fallido de suicidio, ¿es complicado impedir que la persona vuelva a intentarlo? ¿Cómo se logra evitarlo?
Lo fundamental es recibir atención sanitaria especializada, es decir que un psiquiatra o psicólogo atienda el caso. Nosotros evaluaremos las alternativas terapéuticas que son más idóneas, desde los fármacos a las distintas terapias que podemos implementar. El entorno, sobre todo la familia, juega un papel insustituible en el acompañamiento y supervisión de la persona durante el tiempo que está en peligro, pero cuando esto es insuficiente debemos recurrir a la hospitalización para minimizar riesgos, lo que ocurre las menos de las veces.
¿Todavía existen estigmas sobre la salud mental?
Sin duda. Muchos. Parémonos a pensar sobre la visión social que se tiene de la depresión, la esquizofrenia, la anorexia, los psicofármacos, las terapias psiquiátricas o psicológicas, lo que hacemos los psiquiatras, … todo ello está imbuido de prejuicios. Se culpabiliza a los enfermos de su enfermedad, algo impensable en cualquier otra patología médica. Y por otra parte se les hace además responsables de su evolución apelando a su fuerza de voluntad, a su interés o motivación en la mejoría, y ya rizando el rizo, paradójicamente se le cuestiona por tomar fármacos prescritos por el psiquiatra… una combinación tan ignorante como nociva.
¿Cuándo se debería consultar a un especialista?
Si tienes un malestar emocional en tu vida que te hace sufrir y te interfiere significativamente en tu día a día, o interfiere a tus seres queridos, si ves que hay un sufrimiento psíquico que te limita o no te deja desarrollarte como persona y por supuesto si estás pensando en la muerte o en el suicidio como alternativa para evitar ese malestar. En caso de duda siempre mejor consultar y seguir las recomendaciones del especialista.
¿Cree que lo conocido como “positividad tóxica” dificulta que las personas aprendan a manejar situaciones de tristeza, frustración, desmotivación, incluso depresión…?
La sociedad en las últimas décadas ha optado por un modelo educativo general y un estilo de vida que no favorece nada el afrontamiento de las dificultades inherentes a la vida. A pesar de vivir en el momento de la historia de la humanidad con el mayor nivel de desarrollo y de bienestar se ha propiciado un estilo de insatisfacción individual y colectiva que es muy dañino para la salud mental individual y para la colectiva como sociedad.
“La depresión postparto es un grave problema que afecta a 1 de cada 10 madres, lo grave es que solo una de cada 4 será diagnosticada y correctamente tratada, las mujeres tratan de esconderla para no ser juzgadas”
Otro tema del que cada vez se habla más, especialmente en entornos feministas, son los problemas de salud mental ocasionados tras el parto. ¿Cómo de común es la depresión posparto?
La depresión postparto es un grave problema que afecta a 1 de cada 10 madres, la gravedad recae en que solo una de cada 4 será diagnosticada y correctamente tratada, las mujeres tratan de esconderla para no ser juzgadas y el entorno la más de las veces o no se da cuenta o cuando lo hace no piensa que es un tema médico.
¿En qué consiste exactamente?
Es un cuadro de tristeza, abatimiento, cansancio, sentimientos de incapacidad para cuidar al bebé, de ser mala madre, de falta de sintonía con el bebé… Por todo ello aparece la culpa “¿cómo puede ser que no quiera a mi hijo?, ¿qué estoy haciendo mal?”, y así la más de las veces trata de silenciarse en un intento de que pase desapercibida para el entorno. En el fondo la mujer lo percibe como una debilidad personal, no como un trastorno emocional, lo que incrementa su angustia y su percepción de no estar siendo una buena madre.
¿Pesan todavía ciertos estereotipos sobre la maternidad que dificultan que las mujeres expresen su malestar tras haber dado a luz?
Las madres interiorizan una visión social de la maternidad muy idílica. Pero no solo ellas. Para el entorno, la familia, pareja, amigos… si el embarazo ha sido deseado, ha ido bien el parto y el bebé está sano y se desarrolla adecuadamente ¿cómo va a deprimirse esa madre? Podría mejorarse mucho esta situación con la formación que dan las matronas de preparación al parto y también dedicando un par de minutos en las consultas de obstetricia y pediatría tras el parto.
“El fin de la Estrategia de Prevención del Suicidio en Aragón es disminuir las muertes por suicidio en Aragón involucrando a todos los ciudadanos y profesionales, no depositando únicamente la responsabilidad en los sanitarios”
¿Qué opinión tiene de la puesta en servicio del 024?
Esta línea era una de las antiguas demandas de los profesionales y de la sociedad y además permite homogeneizar al menos una acción para todas las comunidades autónomas. La realidad es que existen desde hace décadas líneas telefónicas de atención al suicidio en otros países que han demostrado su utilidad, también en el nuestro, pero al no ser iniciativas públicas no son apenas conocidas por el público.
La ventaja del 024, una línea muy publicitada como estamos viendo estos días, es que va a poder ser recordada fácilmente por las personas en riesgo y ser utilizada desde cualquier sitio y en cualquier momento del día y la noche. Estas líneas son una forma de acercar un cabo de esperanza a la persona que se encuentra mal y no ve sentido a seguir viviendo, y podrá informarle de los recursos sanitarios disponibles en su zona de residencia.
Eso sí, pienso que sería muy recomendable complementarla con un chat para la población joven y adolescente, por ser este sistema su forma más habitual de contacto, y que contara con un psiquiatra consultor para aquellas situaciones que lo requieran. En todo caso espero a ver los datos que se vayan recogiendo para hacerme una opinión más precisa. El teléfono está disponible 24 horas, 365 días y es gratuito y confidencial.
¿Hay algún tema que considere importante resaltar antes de finalizar la entrevista?
Me gustaría interpelar a los lectores que busquen formas de mejorar su salud mental: hábitos sanos en alimentación, sueño y descanso, ejercicio físico, gestión de ocupaciones y del tiempo libre, retos personales saludables, etc. Sobre todo, que presten especial atención a sus relaciones interpersonales. Los contactos de calidad, que aporten estabilidad, que te hagan sentir cuidado y cuidador, que te aporten sensación de estar en comunicación con iguales a los que poder ayudar o pedir ayuda… Y ligándolo con el suicidio decirles que nunca eviten una conversación sobre la muerte o el suicidio si un ser querido lo hace. Podría ser la conversación más importante de nuestra vida, zanjarla puede hacernos perder una oportunidad muy valiosa.
Redacción AEA (LLM). Foto JF