Empresas, economía y actualidad

El sector agroalimentario se propone convertirse en el puntal de la economía aragonesa

Lambán apela al trabajo en común para recobrar la soberanía alimentaria tras la guerra de Ucrania

Las entidades implicadas y el Gobierno de Aragón firman la Declaración para hacer de Aragón un territorio granero y despensa

El sistema agroalimentario aragonés, representado por una treintena de entidades de la comunidad autónoma y por el propio Gobierno de Aragón, se ha comprometido hoy a consolidar a la comunidad autónoma como un territorio “granero y despensa”. Y no solo pensando en la población aragonesa, sino en la seguridad alimentaria europea y global.

En un acto presidido por el presidente del Ejecutivo, Javier Lambán, las organizaciones agrarias y de cooperativas, la industria alimentaria, los consejos reguladores, varias asociaciones de productores y otras entidades del sector han firmado una declaración en la que afirman que el sistema agroalimentario está a punto de convertirse en el primer componente de la economía aragonesa y ya es uno de los pilares básicos del bienestar de los aragoneses.

Lambán ha recordado que la agroalimentación, entendida como sistema que aglutina a la agricultura, la ganadería y la agroindustria, junto con la logística, la distribución y los servicios conexos directamente vinculados a estas, representa en Aragón más del 10 % del PIB y más del 12 % del empleo. 

Es, además, según el presidente aragonés, una herramienta imprescindible para reequilibrar el territorio combatiendo la despoblación, además de favorecer el crecimiento de la Comunidad a través de este sector de la economía aragonesa que tiene ante sí un camino de éxito para convertirse en un puntal a través de esfuerzos en I+D y en comercialización.

Precisamente, para ello, ha apelado a la unidad de esfuerzos de todos los subsectores de la Agroalimentación para trabajar en la misma dirección, compatibilizando intereses y haciendo marca Aragón cada vez más competitiva y eficiente. 

Lambán ha propuesto buscar la manera de abrir un paraguas potente del que poder colgar todos los productos derivados del sector que beneficie a la colectividad y relacionándose con otros sectores como el turístico, que busca la calidad.

Igualmente, ha propuesto acabar con el “suicida” descrédito del sector y trabajar en el éxito común, máxime tras desencadenarse la guerra de Ucrania, donde se ha puesto de manifiesto la necesidad de recuperar la soberanía alimentaria que nunca se debió perder y para ello ha defendido apuestas necesarias como el apoyo a las explotaciones familiares. En definitiva, pasar de la fase inicial de granero a despensa y ser al mismo tiempo granero y despensa.

Declaración

En su preámbulo, la declaración contempla “preservar esta situación, elevarla en la medida de lo posible a cotas superiores y adecuarla a las necesidades y demandas de la ciudadanía debe ser objeto de un compromiso económico, social y medioambiental”. Un compromiso, prosigue, “concordante con el patrón de prosperidad que el siglo XXI señala y vinculado a las estrategias europeas De la granja a la mesa y Biodiversidad 2030 y a una de las dietas alimentarias más saludables del mundo: la Dieta Mediterránea”.

La declaración consta de 15 puntos a través de los cuales se realiza una radiografía del sistema agroalimentario aragonés, en el que el complejo cárnico ocupa una posición de liderazgo, y en los que se señalan sus fortalezas, necesidades y objetivos, con los que se comprometen todos los firmantes.

Entre las primeras, el documento destaca la integración vertical, la cooperación y el asociacionismo, el potencial exportador de la industria alimentaria y la calidad de las producciones, entre otras.

Garantizar el abastecimiento de materias primas en situaciones de perturbación de mercados como la actual guerra en Ucrania; continuar con el proceso transformador que lleve a la comunidad de una economía de producciones primarias a una economía de valor añadido; impulsar la innovación a través de la investigación, la transferencia de conocimiento y la digitalización; desarrollar estrategias de márquetin y comunicación y facilitar elecciones libres y bien informadas a los consumidores, son algunos de los objetivos prioritarios rubricados esta misma mañana.

En cualquier caso, la declaración del sector hace hincapié en dos cuestiones fundamentales: la economía circular y la explotación familiar. Sobre la primera afirma que la reutilización de subproductos ganaderos como abono “constituye una oportunidad singular para reducir emisiones contaminantes, minimizar el empleo de fertilizantes de síntesis química y mejorar la economía de las explotaciones agrarias”.

La agricultura familiar y profesional, por su parte, debe ser la principal beneficiaria del desarrollo agroalimentario, puesto que está en la base del mismo y es el modelo productivo al que están asociados los valores sociales y culturales que más y mejor reconoce la propia ciudadanía y de los que depende en gran medida la vida en el medio rural.

Las organizaciones firmantes apoyan, asimismo, la cooperación con otras más allá de Aragón para contribuir a la conformación de un entramado nacional e internacional de defensa de la explotación familiar, la agroalimentación sostenible, la soberanía y seguridad alimentaria y el consumo responsable.

Fuente: Gobierno de Aragón

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