El rincón del asesor
Andrea Carreras-Candi.
Directora de EFPA España
En el actual escenario de elevada inflación, cada mes notamos antes que el saldo de nuestra tarjeta disminuye de forma vertiginosa y nuestra capacidad de ahorro es cada vez más reducida. Pero, el ahorro, precisamente, sigue siendo un propósito imprescindible para el bienestar del futuro, el mejor pasaporte para asegurar una mejor calidad de vida.
En primer lugar, siempre que hablamos de ahorro, debemos aclarar que debe convertirse en un hábito, y no un acto aislado y puntual, que cualquier ciudadano debe integrar en su día a día. A la hora de afrontar este reto, si queremos obtener unos resultados óptimos en el medio y largo plazo, tendremos que trabajar con objetivos predeterminados, en función de nuestro horizonte temporal, perfil de riesgo, objetivos personales y situación familiar.
Pero lo cierto es que existen muchos aspectos que han sido y son actualmente los principales elementos que hacen que el ahorro y la inversión sigan siendo una asignatura pendiente en España, por lo que existe mucho margen de mejora para lograr que los ciudadanos de nuestro país, a nivel general, logren optimizar sus finanzas personales. La cultura financiera es un elemento clave a la hora de solventar problemas financieros y forjar una estrategia de ahorro e inversión diseñada ad hoc a las necesidades y circunstancias personales de cada cliente.
En primer lugar, la falta de educación y cultura financiera en España ha provocado que las decisiones de ahorro e inversión no siempre hayan sido las más adecuadas, como el hecho de optar por canalizar los ahorros a través de cuentas corrientes o depósitos bancarios que no siempre generan rentabilidad que permitan, cuanto menos, preservar el capital y evitar la pérdida de poder adquisitivo.
Otro de los inconvenientes que penalizan el ahorro en España es el conservadurismo del inversor medio con respecto a la mayor parte de países del resto de Europa. Esa situación ha provocado que la mayor parte del ahorro se haya dirigido a renta fija de corto plazo, productos teóricamente sin riesgo, pero que han desembocado en un resultado muy poco alentador. En tercer lugar, podemos señalar la escasa costumbre de ahorrar para la jubilación. A lo largo de los años, los trabajadores españoles no han tenido nunca una preocupación particular por asegurar su jubilación, en parte por la cobertura que ofrecía el Estado. No obstante, nos encontramos ante un sistema que cada vez resulta menos sostenible, que forzará la necesidad de una revisión a la baja en la cuantía de las pensiones públicas, que empujará a los trabajadores a buscar alternativas para complementar esa jubilación pública y mantener así el poder adquisitivo, una vez dejemos de trabajar.
La subida de la inflación no ha hecho más que elevar la necesidad de apostar por estrategias de ahorro e inversión diversificadas, con la ayuda de profesionales certificados, que ayuden a los particulares a conocer todas las alternativas con las que cuentan
Si echamos la vista atrás, vemos otro de los aspectos que han hecho del ahorro una tarea poco cercana. Hablamos del asesoramiento financiero y de lo poco valorada que ha estado esta profesión en España históricamente, por esa falta de cultura financiera en un país muy bancarizado. Aunque todavía queda mucho camino por recorrer, en los últimos años, la regulación dentro de la industria ha supuesto un incremento en la visibilidad y la profesionalización de la labor de los asesores, que están cada vez mejor preparados. Una buena planificación es clave para alcanzar nuestros objetivos y contar con el asesoramiento profesional es sinónimo de seguridad y acierto, y más en un entorno tan complicado como el actual.
La subida de la inflación, convertida en un fenómeno más que coyuntural, y las recurrentes subidas de tipos de interés, en un escenario de crisis geopolítica e incertidumbre, no ha hecho más que elevar la necesidad de apostar por estrategias de ahorro e inversión diversificadas, con la ayuda de profesionales certificados, que ayuden a los particulares a conocer todas las alternativas con las que cuentan, en función de ese perfil personal.
Sabemos que cualquier propósito nos va a llevar un gran esfuerzo para el que debemos mentalizarnos, así que empecemos por fijar tres hábitos que nos llevarán al éxito en la consecución de nuestro objetivo del ahorro: asesoramiento, paciencia y constancia.