El Centro de Encefalopatías y Enfermedades Transmisibles Emergentes aspira a convertirse en una de las Infraestructuras Científicas y Técnicas Singulares (ICTS) con un gran impacto en la I+D+i
La consejera de Ciencia y el director general de Investigación visitan las instalaciones y respaldan la reivindicación ante el Ministerio
“El reconocimiento impulsaría la capacidad investigadora de Aragón en un ámbito de importancia estratégica y abriría nuevas líneas de financiación”, subraya Díaz
La consejera de Ciencia, Universidad y Sociedad del Conocimiento, Maru Díaz, y el director general de Investigación e Innovación del Gobierno de Aragón, Ramón Guirado, han visitado este lunes el Centro de Encefalopatías y Enfermedades Transmisibles Emergentes de la Universidad de Zaragoza. Acompañados por la vicerrectora de Política Científica, Rosa Bolea; el director de este centro, Juan José Badiola; y el decano de la Facultad de Veterinaria, Manuel Gascón, han recorrido las instalaciones y han podido conocer un poco más en profundidad las líneas de investigación que allí se desarrollan y los proyectos de futuro.
El centro, situado en el Campus Veterinaria, aspira a convertirse en una de las Infraestructuras Científicas y Técnicas Singulares (ICTS) con un gran impacto en la I+D+i, teniendo en cuenta que las ICTS son instalaciones o recursos para desarrollar investigación de vanguardia y de máxima calidad, excepcionales en su género.
Este Centro tiene como objetivos fundamentales la realización de investigación y diagnóstico de referencia en el ámbito de las Encefalopatías Espongiformes Transmisibles (EETs), así como de otras enfermedades animales emergentes transmisibles de importancia creciente en la actualidad y en el futuro.
De hecho, el Centro de Encefalopatías y Enfermedades Transmisibles Emergentes ha sido siempre el Centro Nacional de Referencia de las Encefalopatías Espongiformes Transmisibles en España, en el que se diagnosticaron en el año 2000 los primeros casos de las Encefalopatías Espongiformes Bovinas, EEB, denominada “vacas locas”, y donde se han confirmado una buena parte de los casos registrados en España.
Las instalaciones disponen además de una amplia superficie de laboratorios, animalarios para ratones y grandes animales y sala de necropsias en un nivel de bioseguridad 3, y es el laboratorio autorizado por Gobierno de Aragón para llevar a cabo el diagnóstico de las enfermedades priónicas animales de Aragón dentro del programa nacional de control y erradicación de las Encefalopatías Espongiformes Transmisibles (EETs).
El laboratorio se inauguró en 2009, tras su construcción con la participación del Gobierno de Aragón, el Ministerio de Ciencia e Innovación y el Ministerio de Agricultura y dispone de 2.352 metros cuadrados de superficie construida. Esto representa un espacio cien veces superior al anterior habitáculo, de apenas 20 metros cuadrados, ubicado en la Facultad de Veterinaria, y que se manifestó claramente insuficiente cuando en noviembre del 2000 estalló la crisis de las encefalopatías espongiformes bovinas, “vacas locas”.
Ahora, el centro aspira a convertirse en una de las Infraestructuras Científicas y Técnicas Singulares (ICTS) de gran impacto en la I+D+i, tal como se ha puesto de manifiesto esta mañana durante la visita.
Persigue ser un nuevo nodo de la Red de Laboratorios de Alta Seguridad Biológica, que integran actualmente el Laboratorio de Alta Seguridad Biológica del Centro de Investigación en Sanidad Animal, con sede en Valdeolmos (Madrid), y el Laboratori d’Alta Seguretat Biologica del Centre de Recerca en Sanitat Animal, ubicado en el campus de la Universidad Autónoma de Barcelona.
Esta red incluye laboratorios de alta de alta seguridad biológica de titularidad pública, abiertos a la comunidad científica nacional e internacional y que, por sus dimensiones y características, ofrecen una oportunidad única para realizar estudios que no serían viables en otras instalaciones. En concreto, permite utilizar servicios integrados de laboratorio y animalario, exclusivamente dedicados a trabajar con agentes infecciosos que exigen condiciones de alta seguridad para su manipulación.
Tal y como han podido comprobar este lunes la consejera y el director general, el Centro presenta las características necesarias para incorporarse a la RLASB como un nuevo nodo, por lo que apoyarán la propuesta y mediarán con el Ministerio para lograr el reconocimiento.
Actualmente, tras la última revisión del mapa de ICTS, en España existen 29 ICTS con 62 infraestructuras. Aragón participa en 5 de esas 19 Instalaciones Singulares: Laboratorio Subterráneo de Canfranc, Observatorio Astrofísico de Javalambre, ELECMI, Red Española de Supercomputación, y NANBIOSIS (CIBERBBN).
El reconocimiento al Centro permitiría –como ha destacado la consejera- “dar un nuevo impulso a la capacidad investigadora de Aragón, en unos ámbitos –como la sanidad animal y la salud pública- interrelacionados y de importancia estratégica y creciente”. Además, “abriría nuevas líneas de financiación e inversión específicas para mantener y potenciar los equipamientos”.
En este sentido, Díaz ha puesto en valor cómo el Ministerio de Ciencia e Innovación lanzó el año pasado una convocatoria, dentro del marco del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia, por valor de 37 millones para el desarrollo y mejora de estas instalaciones críticas para la ciencia y la innovación españolas. “El campus público aragonés logró 5,8 millones para dos ICTS, lo que demuestra –ha dicho- el alto nivel de la ciencia en la Comunidad y las posibilidades que se abren si el reconocimiento se hace efectivo”.
También la vicerrectora de Política Científica, Rosa Bolea, y el director del centro, Juan José Badiola, han destacado que la concesión de ICTS a este centro de Encefalopatías -con la correspondiente financiación ministerial que implicaría- supondría transformarlo en un verdadero motor de desarrollo socioeconómico a nivel regional, nacional e internacional.
El Centro está ubicado en un edificio de uso exclusivo en el campus de la Facultad de Veterinaria y cuenta con un animalario en condiciones de nivel de contención 3, con una superficie de 89,4 m2 para roedores y 192 m2 para grandes animales, además de una sala de necropsias equipada convenientemente para ello (104,6 m2).
Estas instalaciones cumplen con las medidas de contención de riesgo biológico adecuadas y requeridas por la legislación para trabajar con agentes patógenos peligrosos con capacidad de contagio o de contaminación (bacterias, virus, priones: NCB3), permitiendo, tanto el aislamiento del animal, como del manipulador.
El Centro fue diseñado y construido para la investigación en enfermedades priónicas, pero en los últimos años son varios los grupos de investigación que han solicitado el uso de estas instalaciones por ser las únicas que cumplen con la legislación vigente en la Comunidad autónoma. Recientemente, se ha dado acceso al animalario a grupos de investigación de la Universidad de Zaragoza o del Instituto de Investigación Sanitaria de Aragón (IIS Aragón) con el fin de que pudieran desarrollar sus líneas de investigación con micobacterias o el virus SARS-CoV-2.
Fuente: Gobierno de Aragón