Rita Cacho: «Ayudamos a los jóvenes saharauis dándoles acceso a una educación de calidad y oportunidades de desarrollo profesional»
Rita Cacho
Presidenta de Asociación Estudios en Paz en Aragón
La asociación Estudios en Paz gestiona el Proyecto Madrasa el cual tiene como objetivo el acogimiento de niños y niñas por parte de familias aragonesas para que realicen sus estudios de primaria, secundaria y superiores en Aragón. Estos niños viven en los campamentos de refugiados del Sahara, territorio que les cedió Argelia tras el conflicto con Marruecos, desde 1975.
¿Cuáles son los principales objetivos de esta entidad?
Que los chicos y chicas tengan una formación académica y puedan realizarse como personas en una vida laboral y social, la cual no pueden realizar en los campamentos de refugiados.
¿Cómo nació?
La asociación se creó en 2009 mediante un acuerdo con el ministerio de educación de la RASD (República Árabe Saharaui Democrática) en el que se comprometían a desarrollar en Aragón el proyecto Madrasa.
¿Cuántas familias aragonesas han colaborado en Madrasa desde sus inicios?
En total han colaborado unas 50 familias aragonesas, aunque actualmente tenemos menos debido a la pandemia COVID-19. Con los chicos mayores que ya han terminado los estudios y por lo tanto no están en el proyecto, seguimos teniendo contacto con ellos, para todo lo que necesiten ya que nos consideramos como una gran familia.
¿Cómo ayuda este proyecto a jóvenes saharauis?
Este proyecto ayuda a los jóvenes saharauis dándoles acceso a una educación de calidad y oportunidades de desarrollo profesional. Y en un futuro cuando estén formados pueden ayudar a sus familias en los campamentos.
¿Cómo se selecciona a las familias participantes, tanto en España como en el Sáhara?
El primer contacto que tienen estas familias con los jóvenes saharauis es a través del proyecto Vacaciones en Paz, donde los niños pasan los dos meses de verano con una familia de acogida comprometida con el proyecto. Cuando estos jóvenes tienen 12 años ya no pueden venir en el programa de vacaciones, entonces es cuando si tanto la familia de acogida como la biológica están de acuerdo, deciden empezar el trámite para iniciar el Proyecto Madrasa. Para iniciar los trámites, se puede hacer de los 12 a los 14 años. Lo primero que se tramita es la autorización de la familia biológica y a continuación se les hace un pasaporte que les cede Argelia ya que el Sahara no está reconocido como país.
Una vez tenemos esto, se traslada a Subdirección de Protección de la Infancia y Tutela (IASS) junto a otra documentación que requieren, además de una valoración psicológica a la familia de acogida. Cuando tenemos la idoneidad se transfiere todo a la Subdelegación de Gobierno para que resuelva favorablemente.
¿Cómo se adaptan estos chicos y chicas al cambio cultural que supone llegar a España?
Un requisito para poder entrar en el proyecto Madrasa es que los chicos hayan convivido con la familia de acogida mínimo un verano, así el cambio cultural es más llevadero y la convivencia con la familia es positiva. Es verdad que a algunos chicos les cuesta más que a otros, pero con cariño y dedicación todo se supera. También tenemos un profesor de hassania que les ayuda en ese cambio cultural y a que no pierdan sus raíces ni su idioma.
¿Se viven casos de intolerancia o racismo? ¿Cómo se afrontan?
En pocos casos se ha dado y para ello tienen ayuda tanto de las familias, asociación y una psicóloga voluntaria que está en el proyecto.
¿Se realizan formaciones para familias y profesorado?
Antes de llegar al acogimiento, la Asociación tiene varias entrevistas con las familias para explicarle el proyecto y la involucración que le supone a cada familia el acogimiento de un niño. Cada tres meses hacemos una convivencia con las familias y los niños para darles formación en diferentes ámbitos, aparte de que continuamente estamos en contacto con las familias y la evolución de los niños.
Hemos leído que este proyecto se dirige igualmente a chicos y a chicas pero que en los últimos años ha disminuido el número de mujeres que participan en él. ¿A qué se debe?
Está dirigido para ambos, aunque si es verdad que los chicos lo tienen más fácil para que las familias biológicas estén de acuerdo. No es imposible, al contrario. Yo tengo un chico y una chica, que son de diferente familia, con la familia de la chica me costó un poco más, pero una vez que te conocen y ven el futuro que pueden tener no dudan. Lo peor que hemos tenido, como he comentado anteriormente, ha sido la pandemia y por ello ha disminuido el número de niños.
¿Qué otros proyectos desarrollan en la asociación?
Como los niños vienen con muy pocos conocimientos académicos, hemos desarrollado el proyecto pre-madrasa. Este proyecto tiene como objetivo formar a profesores en los campamentos para que, mientras se prepara toda la documentación, les den clases de español a los niños. El proyecto ya está en funcionamiento y está dando muy buenos resultados.
¿Cómo pueden colaborar nuestros lectores con su asociación?
Si quieren hacerse socios sería muy bueno, pero yo me conformo con que nos conozcan y que, si conocen alguna familia que les gustaría que su niño saharaui estudiará en Aragón, les pueda decir que existe nuestra Asociación.
¿Hay algo que quiera añadir?
Cualquier consulta que quieran hacer, nuestro correo es: estudiosenpaz@gmail.com. Tenemos un blog, donde también pueden ver lo que hacemos. Así como decirles que a pesar de toda la documentación que requiere el proyecto, el esfuerzo que se hace con los niños merece la pena y es una alegría para la familia.
Redacción AEA (LLM)
Esta entrevista aparece en la versión impresa de Actualidad de las empresas aragonesas Nº 154- Junio 2023