Salud Pública alerta sobre el efecto de las temperaturas extremas en la salud de los aragoneses
Entre el 1 de junio y 15 de septiembre de 2023, se atribuyen 147 defunciones a las altas temperaturas
Dada la tendencia de superación de los valores promedio, se prevé ampliar el periodo de vigilancia en 2024
La Dirección General de Salud Pública del Gobierno de Aragón ha alertado sobre el efecto que las temperaturas extremas tienen en la salud de los aragoneses. De hecho, desde 2004, se cuenta con un plan de acciones preventivas y cada año se elabora un informe de vigilancia de los efectos del exceso de temperaturas sobre la salud en la Comunidad Autónoma.
El objetivo final es prevenir los efectos del calor en las personas vulnerables ya que, si bien toda la población puede sufrir trastornos de salud ante las elevadas temperaturas, hay grupos que presentan más riesgo y deben estar especialmente protegidos.
Entre estos colectivos, se encuentran las personas mayores de 65 años; los menores de 5 años y, sobre todo, los bebés; quienes llevan a cabo una actividad que requiere mucho esfuerzo físico; aquellos que sufren enfermedades previas, especialmente de corazón, hipertensión, problemas intestinales u obesidad; personas en riesgo de exclusión social o personas cuyas viviendas no están adaptadas para hacer frente al calor.
El informe ‘Vigilancia de los efectos del exceso de temperaturas sobre la salud en Aragón. Evaluación temporada 2023’, elaborado por la Sección de Información e Investigación Sanitaria del Servicio de Vigilancia en Salud Pública de la Dirección General de Salud Pública del Gobierno autonómico, analiza el comportamiento de las temperaturas en las tres capitales de provincia entre el 1 de junio y el 15 de septiembre, y su impacto en la mortalidad.
En el caso de las temperaturas, para este estudio, se han calculado las temperaturas medias máxima y mínima observadas diariamente durante los últimos 15 años (2008-2022) en cada capital de provincia y se han comparado con las temperaturas diarias registradas en esta temporada 2023. También se han comparado con la temperatura umbral máxima de disparo de mortalidad calculada para cada provincia, según el Instituto de Salud Carlos III.
Según la información recabada, las temperaturas en la temporada 2023 han superado los valores promedios de las series históricas, aunque lo han hecho en menor medida que en 2022, que fue un año extremo. Los periodos de elevación de las temperaturas por encima de lo esperado se traducen, con un ligero retraso temporal, en un aumento de la mortalidad.
Los datos revelan que, al comparar las temperaturas máximas observadas con los umbrales de temperatura máxima de disparo de mortalidad, del 1 de junio al 15 de septiembre se ha superado el umbral de temperatura máxima en Huesca, 31 días, en Zaragoza, 12 días, y en Teruel, 23 días.
La mayoría de los días en los que se ha superado el umbral ha estado concentrada en las semanas del 10 al 23 de julio en Huesca y Teruel y del 14 al 27 de agosto en las tres provincias.
MORTALIDAD
Desde Salud Pública, con el fin de detectar excesos de mortalidad de forma oportuna, se lleva a cabo la vigilancia semanal de la mortalidad a partir del Sistema de Monitorización de la Mortalidad diaria (MoMo) del Instituto de Salud Carlos III.
Además, MoMo ofrece diariamente estimaciones de exceso de mortalidad atribuible a la temperatura, por provincia, edad y sexo, en el marco del ‘Plan de acciones preventivas contra los efectos de las temperaturas excesivas’.
En 2023, en nueve de las dieciséis semanas de vigilancia en Aragón, la mortalidad ha estado por encima del umbral de significación, es decir, del 95% de la mortalidad esperada. El mayor exceso se ha observado justo después de las semanas del 14 al 27 de agosto, en las que se superaron de manera consecutiva los umbrales de temperatura máxima. La provincia de Huesca ha sido la que más semanas ha superado el umbral superior.
Por otra parte, las muertes atribuidas a altas temperaturas han sido notablemente inferiores a las registradas en el mismo periodo de 2022. Así, en 2023, para el periodo de estudio, se ha observado un total de 4.045 defunciones, de las cuales 147 ha sido atribuidas a altas temperaturas frente a las 4.777 y 313 de 2022, respectivamente. Como se ha indicado, 2022 fue un año extremo en lo que se refiere a registros de temperatura por encima de los valores promedio.
En 2023, en general, las muertes atribuidas a altas temperaturas han ocurrido en mayores de 65 años y de ellas, el 77,5% en mayores de 85 años.
PLAN DE ACCIÓN
El ‘Plan de acciones preventivas contra los efectos de las temperaturas excesivas’ ha supuesto desarrollar actuaciones para prevenir los posibles efectos para la salud de las temperaturas extremas, como son el desarrollo de un Sistema de Información Ambiental y predicción de temperaturas; información a la población sobre los efectos del calor excesivo y sobre medidas de protección y prevención; vigilancia de la mortalidad; información a los profesionales y coordinación y alerta de servicios sociosanitarios.
Al inicio de la temporada 2023, se ha hecho un especial esfuerzo para llegar al máximo de ámbitos implicados desde los que se pueda proteger a la población vulnerable. Para eso, se ha contactado con la Dirección General de Asistencia Sanitaria; el Servicio Aragonés de Salud; la Dirección General de Transformación Digital, Innovación y Derechos de los Usuarios; el Departamento de Ciudadanía y Derechos Sociales; Dirección General de Cambio Climático y Educación Ambiental, Ayuntamientos de Zaragoza y Federación de Comarcas y Municipios; Bomberos y Protección Civil; Empresas, ONG y otros.
Este plan ha supuesto, entre otras cosas, que la lista de contactos a los que se les han comunicado la alerta para la salud por altas temperaturas ha aumentado hasta unas 800 direcciones de correo, y a su vez, en varios de ellos, se ha hecho redistribución.
MÁS ALLÁ DEL 15 DE SEPTIEMBRE
Aunque el periodo de vigilancia finaliza el 15 de septiembre, las temperaturas han continuado por encima de lo habitual el resto del mes de septiembre y el mes de octubre, hasta la fecha de elaboración de este informe. Dada esta evolución, la Dirección General de Salud Pública prevé ampliar el periodo de vigilancia y la difusión de la información en 2024.
Además, los expertos explican cómo las personas y los seres vivos, en general, tienen capacidad de adaptarse a los cambios y, que, en este caso, el problema no es tanto que suban las temperaturas, sino la velocidad a la que están subiendo, entre 0,4 o 0,5 grados por década.
Para favorecer esa aclimatación, se han de adoptar acciones externas como son, en el caso de la adaptación conductual: beber agua, ducharse con agua fría y no exponerse al sol, entre otras; en la adaptación técnica se han de aplicar acciones como el uso de ventiladores y aires acondicionados; mientras que para la adaptación política se han de implementar mejoras sanitarias en infraestructuras urbanas, como contar con más zonas verdes y azules con agua alrededor, para evitar el efecto de isla térmica, mejoras en el aislamiento de los edificios, establecimiento de refugios climáticos, ampliación y bajada de precio en las piscinas, entre otras medidas.
Fuente: Gobierno de Aragón