Espacio de salud
Luis Gómez San Martín
DIRECTOR GERENTE HOSPITALES VIAMED EN ARAGÓN
www.viamedmontecanal.com
En esta primera oportunidad de asomarme a las páginas de Actualidad de las Empresas Aragonesas en este recién estrenado 2024 no quiero dejar pasar la ocasión de tratar un tema que entiendo fundamental para conservar el estado del bienestar, que tantos años y esfuerzo ha costado construir en nuestro país. Me refiero a la vital coexistencia entre la sanidad pública y la privada. Sí, vital, porque a excepción de algunas voces (cada vez más escasas y radicales) pocos dudan ya de la imprescindible alianza estratégica entre el sector público y el privado.
En este sentido, resulta especialmente interesante la visión que ya expresan algunos gobiernos autonómicos que definen esta complementariedad de sistemas con la gráfica expresión de “sanidad única”. Y es que al ciudadano lo que verdaderamente le importa es que se le preste una atención de calidad, en tiempo y forma. No le importa quién o dónde ser atendido, siempre y cuando sea en plazos razonables y por profesionales cualificados y empáticos. Lo que parece evidente es que la situación de la ya muy tensionada sanidad pública sería aún mucho peor si no fuera por los conciertos con la sanidad privada a los que recurren gobiernos de uno y otro color.
Cabe recordar en este sentido que el sector privado realiza más del 30% de la actividad hospitalaria de nuestro país, lo que permite liberar recursos del sistema público y reducir la presión asistencial. Más cifras: se calcula que el ahorro que la sanidad privada genera al sistema público oscila entre los 5.600 y los 15.600 millones de euros, dependiendo del uso que haga el paciente con seguro privado del sistema público.
La sanidad privada, con su capacidad para invertir en tecnología de vanguardia y ofrecer servicios personalizados, puede complementar eficazmente la labor de la sanidad pública, cuyo pilar es el acceso universal a la atención sanitaria. La introducción de la innovación médica, la reducción de listas de espera y la mejora en la experiencia del paciente son solo algunos de los beneficios tangibles que la colaboración entre ambos sectores puede aportar.
El carácter imperativo de esa alianza vital se hizo patente con la pandemia de COVID-19. Este desafío global puso de manifiesto la necesidad de una respuesta ágil y coordinada en el ámbito sanitario. En este contexto, la colaboración público-privada se demostró crucial para la gestión de recursos, la expansión de la capacidad hospitalaria y la rápida implementación de medidas preventivas. La adaptabilidad y flexibilidad inherentes al sector privado se revelaron como activos valiosos en situaciones de emergencia, resaltando la importancia de una alianza estratégica permanente.
La inversión en investigación y desarrollo es otra área donde la colaboración puede rendir frutos significativos. Uniendo fuerzas, ambos sectores pueden contribuir al avance científico y médico, desarrollando terapias innovadoras y abordando desafíos de salud emergentes. Esta sinergia fortalecerá la posición de España en el panorama global de la salud y fomentará la atracción de talento e inversión en el ámbito de la investigación médica.
La clave radica pues en la construcción de un puente sólido entre ambos sistemas. Un puente basado en la ética, la equidad y el compromiso con el bienestar de la sociedad. Solo a través de esta colaboración estratégica, se podrá construir un sistema de salud resistente y preparado para enfrentar los desafíos del presente y del futuro. Un puente que nos lleve hacia esa deseable y ansiada sanidad única.