Javier Benito (La Lata de Bombillas): «La principal premisa es disfrutar de lo que hago»
Javier Benito
Fundador de La Lata de Bombillas
La Lata de Bombillas es una de las salas más relevantes y queridas del panorama musical zaragozano y este año está de aniversario pues celebra un cuarto de siglo en la escena cultural. 25 años en los que se han celebrado más de 2000 conciertos, a los que han asistido más de 140.000 espectadores.
¿Cómo surgió la idea de crear La Lata de Bombillas?
Yo tenía otro bar en el casco viejo, el Shaman, era más rock, tirando a grunge, eran los noventa, por entonces junto a mi pareja, María, estábamos descubriendo música más pop y queríamos abrir algo juntos en esa línea.
¿Qué balance hace de estos 25 años? ¿Cómo ha evolucionado La Lata de Bombillas desde sus inicios hasta la actualidad?
Totalmente positivo, me lo ha dado todo: amigos, noches inolvidables, incontables conciertos… Se ha perdido la inocencia del principio, en general el mundo de la música en directo está perdiendo el romanticismo, cada vez es más complicado, pero ha habido muchísima capacidad de adaptación. Antes quizá éramos más libres a la hora de pinchar, nada nos importaba, ahora, en el centro y con mayor capacidad es cierto que miras más a lo que pasa en la sala y buscas más inmediatez y diversión, pero intentando no traicionar la idea original. En cualquier caso ¿quién no cambia en 25 años?
¿Qué ha significado para usted dirigir un espacio cultural como este durante tantos años?
Nunca me he planteado que dirija nada ni que haya hecho nada por nadie, simplemente he seguido mi instinto, me he dejado llevar, me he adaptado y las cosas han ido fluyendo hasta el momento actual. Simplemente he querido hacer lo que me gustaba y como me gustaba. No había grandes pretensiones. Si eso ha aportado a la escena local y a la ciudad me alegro. Mucho.
¿Cuál diría que es la filosofía que ha guiado a La Lata de Bombillas a lo largo de su trayectoria?
La de ser nosotros mismos y disfrutar del trabajo. Si tú no te diviertes es difícil que lo que hagas esté bien hecho y llegue a la gente como tú quieres. La principal premisa es disfrutar de lo que hago. Cuando no lo consigo no me siento bien conmigo mismo. A veces te equivocas, pero eso te hace ver la cantidad de aciertos. Es bueno equivocarse.
¿Cómo valora la escena musical independiente de Zaragoza y qué papel ha jugado La Lata de Bombillas en su desarrollo?
No soy muy de etiquetas, y a la de “independiente” cada vez le encuentro menos sentido. Pero quizá sirva para saber de qué hablamos. Es probable que tire piedras sobre mi tejado pero creo que, como la propia etiqueta, lo indie, lo que entendemos por indie como estilo, tuvo su momento, y ese momento ya pasó. Pero en cuanto a la esencia misma del término, el hecho de que grupos, sellos, salas y demás actores de la escena se busquen la vida para sacar adelante sus propuestas independientemente del mainstream, la industria y lo institucional, eso no puede ni debe pasar de moda. Es una cuestión de supervivencia, de amor propio, de lucha por lo que crees, si no lo hago yo no se hace, pues lo hago y lucho por hacerlo lo mejor posible. Pero ese espíritu está por encima de estilos y etiquetas. Lo encontrarán en el heavy, en el pop, la electrónica o el folk: allá donde haya gente con ganas y con ideas. Y aquí La lata de bombillas ha jugado su papel, claro que sí, haciendo lo que ha querido cuando ha querido, luchando por lo que nos gusta y programando desde las entrañas.
¿Qué desafíos enfrenta actualmente la escena musical en la ciudad y cómo cree que se pueden superar?
El desafío no lo tiene Zaragoza, lo tiene la escena en general: captar nuevos públicos, eliminar barreras de género, luchar contra la temporalidad (las salas programan más en otoño-invierno, y los festivales y la programación pública son más de primavera-verano), contra los cambios de hábitos del público etc. Y eso se consigue con esfuerzo, trabajo, imaginación, innovación y, sobre todo, con capacidad de adaptación.
La Lata de Bombillas forma parte de la asociación Aragón en Vivo. ¿En qué consiste este organismo y de qué modo favorece a las salas trabajar unidas?
Aragón en Vivo aglutina a la mayoría de las salas de música de la comunidad autónoma y tiene como objetivos el reconocimiento de nuestras salas como espacios de cultura, ser el interlocutor oficial con las instituciones públicas, con los diferentes organismos, con otras asociaciones, con empresas del sector… Estar unidos nos da fuerza, visibilidad y representatividad. Aportar ideas y esfuerzos trabajando juntos es bueno para todos los miembros, incluso para aquellas salas que no pertenecen a la asociación pero se benefician de los avances. Da igual. Hay que ponerse objetivos y alcanzarlos. Tengo mucha fe en el asociacionismo, aunque no sea siempre fácil. Merece mucho la pena.
¿Qué tipo de público suele asistir a los conciertos de La Lata de Bombillas y cómo ha evolucionado a lo largo de los años?
El público es variado. Tan variado como pueda serlo nuestra programación, que defiendo que lo es más de lo que muchos presuponen. Me gusta ver en un mismo concierto edades y tipologías diferentes. Lo que caracteriza a nuestro público puede que sea la inquietud y la curiosidad por conocer propuestas diferentes.
¿Cómo ve el futuro de la cultura en Zaragoza y qué papel cree que jugarán espacios como La Lata de Bombillas?
Zaragoza siempre ha sido una ciudad con vida cultural, no creo que eso cambie o vaya a ir a menos. Los espacios como La lata de bombillas, salas pequeñas con una programación estable y de calidad, seguirán siendo la base de esa vida cultural. Seguiremos estando ahí, semana a semana, año a año, dando las primeras oportunidades a nuevos valores. Pero no sólo eso, seremos el lugar natural para todas esas propuestas que se sienten cómodas en espacios pequeños y libres donde desarrollar su talento sin mirar necesariamente a los intereses económicos y la cantidad de público reunido para disfrutar de su arte.
¿Cómo se seleccionan los grupos y artistas que actúan en La Lata de Bombillas?
Con cariño. Intentando mantener una coherencia. Arriesgando. A veces te equivocas, incluso te arrepientes de haber programado algo, pero eso es porque lo haces de corazón, y, como dije antes, es bueno equivocarse. Es necesario para poder valorar los aciertos.
¿Podría contarnos algunos de los conciertos más memorables que ha organizado?
Quizá el más memorable fue un año antes de abrir La lata de bombillas. Sin duda el más recordado. El aniversario del Shaman (el bar que tuve antes de La lata de bombillas y con la que convivió cinco años). Actuaron en el añorado Rincón de Goya juntos Los Planetas, El Niño Gusano y Manta Ray, difícil de superar. De los de La lata no quiero destacar ninguno, son tantísimas las noches memorables y la suerte que hemos tenido de disfrutar de artistas enormes, que sería muy injusto destacar tan solo un puñado de nombres.
¿Qué anécdota nos contaría?
Que ni mi socia en el inicio de esta aventura, ni yo mismo, somos capaces de ponernos de acuerdo con el origen del nombre de la sala. Y no os imagináis la cantidad de veces que me han preguntado por él a lo largo de estos 25 años.
Redacción AEA /LLM