Jesús Sanz y Jesús López: «Las Jornadas de la Trufa Negra de la Comarca Campo de Daroca son ya referencia nacional»
Jesús Sanz y Jesús López
Consejero de Turismo de la Comarca Campo de Daroca y presidente de TRUZARFA
La trufa negra de Daroca es un tesoro culinario que cada año atrae a miles de visitantes a la comarca. Las Jornadas de la Trufa Negra, que celebraron a principios de febrero su séptima edición, se han convertido en una cita ineludible para los amantes de este manjar y un motor de desarrollo económico para la región. Con actividades que van desde el concurso de perros truferos hasta degustaciones y conferencias, estas jornadas celebran la riqueza gastronómica y cultural de la zona, posicionando a Daroca como un referente en el mundo de la trufa.
¿Podrían presentar a nuestros lectores las Jornadas de la Trufa Negra de la Comarca Campo de Daroca y explicarles cómo nacieron?
Hace ya varios años nos reunimos y expusimos hacer una feria de estas características. Al principio se hizo algo modesto, pero poco a poco se fue uniendo más equipo hasta conseguir lo que es hoy en día las Jornadas de la Trufa Negra de Daroca y el mayor concurso de perros de caza de España. Ahora mismo son unas jornadas de referencia nacional.
Este año se ha celebrado la séptima edición; se puede decir que es un evento más que consolidado en la región. ¿Qué balance hacen de esta edición?
El concurso de perros vuelve a cruzar fronteras y ya adquiere una dimensión mundial. En años anteriores ya participó un equipo de Italia, y ahora también ha participado un equipo italiano, además de un participante con su perro que han llegado de Estados Unidos. También se inscribió un equipo de Marruecos, así que vemos que el concurso crece a niveles impresionantes.
¿Cuál es la acogida del público? ¿Qué feedback reciben?
Cada año más de 4.000 personas nos visitan. La gente llega desde toda la provincia de Zaragoza, pero también desde Guadalajara, Soria, Segovia… incluso la Comunidad Valenciana. El interés del público ha ido creciendo y hoy en día ya es un evento consolidado.
¿Qué criterios han utilizado para elegir las actividades a desarrollar durante las jornadas?
Este año todo ha girado en torno a un protagonista que para nosotros es muy importante, hemos querido dar mayor relevancia al perro y tanto conferencias, como degustaciones y concurso se ha celebrado en Murero para acompañar a un protagonista único: los perros, que son los que hacen que todo esto sea posible.
¿Qué retos enfrentan los productores de trufa negra en la zona?
El mayor reto que tenemos los truficultores de Daroca es que podamos tener las mismas oportunidades que tienen, por ejemplo, en otras provincias. Esto supondría que podamos ser truficultores de primera división. Vemos que en otras zonas tienen todos los beneficios del mundo y somos conscientes de que se destinan más fondos que en nuestro entorno… nosotros no tenemos un Zarago-FITE.
¿Qué avances se han producido en el cultivo de la trufa negra en los últimos años?
En la Comarca de Daroca no ha habido nunca trufa silvestre, y en 15 años hemos pasado a tener 600 hectáreas de plantaciones truferas. La truficultura está pasando a ser la segunda actividad dentro de la agricultura en la comarca y ya hay alguna plantación que pasa a ser primera actividad para el agricultor. Está generando puestos de trabajo de manera directa e indirecta y con más apoyo podría ser una actividad que fijara población y potenciara el turismo porque en la comarca de Daroca las posibilidades de que haya una truficultura importante son el 100%.
Cada edición aumenta el impacto, lo consideramos totalmente positivo. Con este tipo de jornadas y la difusión que se hace hemos conseguido que la comarca se sitúe en el mapa de zonas truferas a nivel europeo.
¿Qué impacto tienen estas jornadas en la promoción de la trufa negra y de la comarca?
Cada edición aumenta el impacto, lo consideramos totalmente positivo. Con este tipo de jornadas y la difusión que se hace hemos conseguido que la comarca se sitúe en el mapa de zonas truferas a nivel europeo.
¿Qué relación existe entre la trufa negra y el turismo en la zona?
La relación con el turismo es escasa aún porque todavía no hay empresarios que se hayan lanzado al trufiturismo. Los empresarios que hay son exclusivamente truficultores y se dedican a la agricultura de la trufa, pero ninguno de ellos se está dedicando a la venta de la trufa como producto turístico. Pero es cierto, que al final uno de los objetivos de estas jornadas es que el sector se vaya animando y con el Plan de Sostenibilidad Turística en Destino sí que tenemos un proyecto para avanzar en ello.
¿Se han establecido colaboraciones con otros productores o instituciones relacionadas con el sector de la trufa?
En Italia, la figura del buscador de trufa y la búsqueda de la trufa está declarada Patrimonio Mundial por la UNESCO. Desde que una delegación italiana participó en nuestro concurso nació el interés de que les ayudáramos a organizarlo allí porque les había encantado el ambiente y la relación de convivencia. Este año ha venido una delegación de Monteu-Roero, del Piamonte, y hemos firmado un acuerdo con su alcalde, Paolo Rosso, por el que no solo vamos a trabajar en conjunto, sino que además permitiremos la reserva de plazas de manera que el ganador de nuestro concurso tendrá plaza directa adjudicada en su concurso y viceversa, lo que ayuda a la internacionalización de ambos concursos.
¿Qué papel juega la gastronomía en estas jornadas?
Es muy importante y por ello las jornadas y concurso están acompañadas de una programación complementaria con catas y degustaciones, hemos tenido un showcooking muy vistoso con Claudia Polo en el que también hemos querido dar protagonismo a los ganadores del concurso de Escuelas de Hostelería de la provincia de Zaragoza, del IES Miralbueno… todo para difundir las bondades de este producto para que la gente lo pruebe y aprenda a integrarlo en la cocina. La asignatura pendiente la tenemos con la hostelería de la zona, que no se lanza a favorecer la difusión, ni siquiera durante las jornadas.
¿Hay algo que quieran añadir?
En Daroca sería muy importante que hubiera una escuela de hostelería como existe en otras zonas de Aragón. Con ellos quizás la gastronomía en la zona y el compromiso de la hostelería avanzaría.