Cultura Entrevistas Especial 23 de abril Sociedad

Julia Millán y Pepito Fernández: “Las librerías son un espacio de diálogo”

Laura Latorre Molins

Periodista

Julia Millán y Pepito Fernández
Libreros y propietarios de la librería Antígona de Zaragoza

Desde 1988, Librería Antígona ha sido un referente para los amantes de los libros en Zaragoza. Con una cuidada selección editorial y un fuerte compromiso con la cultura, este espacio ha sabido adaptarse a los cambios del sector sin perder su esencia.

Lo primero que querríamos saber es cómo surgió la idea de abrir Antígona.

Nosotros nos conocimos en otra librería donde Pepito era socio y yo era clienta, en principio, aunque terminé trabajando también allí, era la librería Muriel, allá por 1982. En el 87 cerró y tuvimos la oportunidad de poder montar nuestra propia librería en el 88. Nos había servido mucho la experiencia de haber trabajado en esa librería, de conocer el sector y ver cómo era el funcionamiento, no sólo como espacio cultural o social sino también como negocio.

¿Cuál es la filosofía que guía vuestra manera de trabajar y qué os hace únicos?

Concebimos la librería como si fuera nuestra propia biblioteca en primer lugar, al elegir una variedad sustancial de títulos de todas las materias que nos interesaban y también pensando en los intereses de nuestros clientes, para poder ofrecer libros variados de calidad, no solo en las novedades sino también en los libros de fondo. Nuestra cercanía con la universidad ha sido otro referente, aparte de los clientes habituales, para conformar el fondo de libros y la dinámica de trabajo al ofrecer servicio a los alumnos, a los distintos departamentos y proyectos universitarios.

Son más de 35 años en el mundo del libro, ¿cómo ha evolucionado tanto vuestra forma de trabajar como el propio sector en este tiempo?

Ha evolucionado sobre todo en las herramientas de trabajo, que ahora facilitan más el control de pedidos, el stock, la visibilidad en las redes, etc. Pero la esencia y la manera de trabajar son similares.

Festividades como el Día de las Librerías, el Día del Libro o la Feria del Libro, ¿ayudan a impulsar las ventas y a fomentar la lectura?

Sí que ayudan, sobre todo el Día del Libro que es fantástico por las ventas y sobre todo por ver a las familias comprando juntas, regalándose libros, haciendo colas para tener la firma de sus autores y autoras favoritos, celebrando los libros y la lectura, abarrotando el Paseo de la Independencia. Es una fiesta emocionante que se disfruta mucho. La feria, ahora en el Parque José Antonio Labordeta está buscando afianzarse y confiamos en que se dinamice de tal forma que la gente acuda allí con el mismo espíritu que en otros eventos que se celebran en el parque.

¿Cómo reivindicamos el papel del librero en un mundo dominado por la inteligencia artificial y los algoritmos que nos ayudan a seleccionar lecturas?

Pues visitando las librerías y escuchando no solo a los libreros en sus recomendaciones, escuchando también a los propios lectores que las visitan. Las librerías son un espacio de diálogo y nuestros clientes nos descubren también lecturas maravillosas.

Otra de vuestras señas de identidad son las presentaciones literarias. ¿Cuántas realizáis al año aproximadamente? ¿Qué es lo que más valoran autores y lectores de ellas?

La verdad es que ahora el ritmo de presentaciones y actividades es realmente trepidante. Estos últimos años salimos a casi 90 presentaciones y actos literarios por temporada. Es una buena manera de poner en contacto a autores y lectores y compartir la experiencia de la escritura y la lectura.

¿Qué criterios utilizáis para seleccionar los libros que vais a incluir en vuestro catálogo? ¿Cómo equilibráis los bestsellers y las novedades y los títulos más underground o de editoriales más pequeñas?

Procuramos elegir títulos interesantes de ficción, no ficción, etc. y tenemos en cuenta a todas las editoriales que ofrecen buenos títulos, sean del tamaño que sean. En nuestra librería todas las publicaciones que nos gustan tienen su espacio. 

A veces el trato con las que no tienen distribución es directo, sin problema, nos gusta tener la mejor variedad posible y en los pequeños sellos se encuentran proyectos interesantísimos que merece la pena conocer. Si no fuera así todas las librerías tendríamos el mismo fondo.

¿Cómo han afectado los cambios en el sector editorial, como la autopublicación y los ebooks, a vuestro negocio?

En realidad, los libros de autopublicación, que son miles, obedecen a la necesidad que tienen muchas personas de ver publicados sus proyectos y se autogestionan desde las plataformas donde los publican. Otra cosa es que pretendan ocupar espacio en las librerías, ya de por sí absolutamente saturadas de novedades de todo tipo, eso sería imposible. El ritmo de publicación, después de ese impass que la pandemia ralentizó es insostenible, nadie ha dejado de publicar, y da pena tener una rotación tan rápida de novedades, pero es que literalmente no nos caben. Se publican libros interesantes de cualquier materia, pero el público lector no puede asimilar esa cantidad y las librerías independientes menos todavía. Los ebooks no han causado el daño que los apocalípticos predecían con respecto al libro en papel. Son formatos que conviven y convivirán y no creemos que el papel vaya a desaparecer en un futuro a medio plazo.

¿Cómo se compite con las grandes cadenas de librerías y las ventas online?

Pues creemos que el trato directo y personal que se ofrece, frente al anonimato de la compra online a golpe de click es lo que marca la diferencia. Con respecto a las grandes superficies la librería es un espacio de convivencia, de compartir experiencias lectoras y personales, de crear una especie de círculo afectivo en torno al libro y la lectura. Se pueden hojear cientos de títulos escogidos fuera de lo más comercial y descubrir libros bien distintos en cualquier conversación con la gente que viene.

¿Qué ventajas ofrece una librería independiente? ¿Hay algo comparable a pasear entre las estanterías de una librería, hojear (y ojear) libros, pedir consejo a los libreros y llevarse bajo el brazo una nueva lectura?

Creo que contestaríamos lo mismo que hemos dicho en la anterior cuestión. El trato de cercanía y confianza, la selección de libros distintos y el mirar con tranquilidad es la diferencia. Visitar una librería es toda una experiencia y cuando vemos público joven que acude por primera vez nos emociona mucho.

¿Hay algo que queráis añadir?

Añadiríamos que estamos muy orgullosos del equipo de personas que formamos con Virginia, Violeta y Félix y que por suerte vamos a tener relevo generacional con nuestra hija, que poco a poco ha ido haciéndose con la dinámica de este trabajo tan complicado, pero tan satisfactorio como es la librería. También, apreciamos muchísimo la cantidad de amigos y amigas que hemos ido haciendo a lo largo de ese tiempo entre clientes, editores, escritores, ilustradores y el sinfín de personas que desfilan por aquí. Por otra parte, no podemos dejar de agradecer esa avalancha de ayuda que supuso el apoyo a las librerías y a la nuestra, durante la pandemia y en los meses posteriores. Ahí se demostró lo que le importábamos a la gente, fue muy emocionante y nunca dejaremos de dar las gracias.

Related Posts

Resumen de privacidad

Esta web utiliza cookies para que podamos ofrecerte la mejor experiencia de usuario posible.

La información de las cookies se almacena en tu navegador y realiza funciones tales como reconocerte cuando vuelves a nuestra web o ayudar a nuestro equipo a comprender qué secciones de la web encuentras más interesantes y útiles.

Tienes toda la información sobre privacidad, derechos legales y cookies en nuestra página de Política de cookies