Exprofesor titular de la Universidad de Zaragoza
jjcooperm@hotmail.com
Con cierta frecuencia irrumpimos en esta sección de la Actualidad de las Empresas Aragonesas, planteando aspectos relacionados con la corrupción y, por supuesto, con la forma de combatirla por medio de la ética. A continuación, informamos sobre cómo se encuentra la corrupción en España en el año 2.024.
Siempre hemos basado nuestros comentarios en los informes anuales que emite la organización “Transparencia Internacional”, en los cuales se especifica el “Índice de Percepción de la Corrupción”, conocido como IPC, que se aplica a 180 países, por medio de dos indicadores: uno es el puesto que ocupa cada país entre los 180 evaluados y el otro la gravedad de la situación puntuando en una escala de cero a cien, de más a menos corrupto. La mayoría de los países tienen una puntuación inferior a 50/100 en el IPC y las puntuaciones más bajas se las llevan Sudan del Sur con 8 puntos, Somalia con 9 y Venezuela con 10 sobre 100. Sin embargo, en el otro extremo se encuentran Dinamarca, en primer lugar, con la posición de país menos corrupto con 90/100, en segunda posición Finlandia 88/100 y en tercera Singapur con 84/100.
El IPC de 2.024 señala que España baja cuatro puntos y desciende diez puestos, situándose en la posición 46 de 180 países y una puntuación de 56/100.
Estos indicadores se refieren al ámbito de las administraciones públicas, lo que deja al sector privado fuera de estos datos, pero si se habla de estas organizaciones, inevitablemente se implica al mundo empresarial, incluso a las ONG, y es que la corrupción contamina a todos los sectores ya que precisa siempre que existan dos vertientes, la que pone los recursos de los demás y la que recibe los beneficios, algunas veces muy altos.
La contratación pública en España es un problema grave debido a la falta de recursos legislativos y a una clara ausencia de actitudes y comportamientos éticos en las organizaciones
Sobre la corrupción hay una abundancia muy amplia de regulaciones normativas de todo tipo, pero sirven para poco, debido a que no se aplican o se aplican mal y en este sentido, la propia Transparencia Internacional señala sobre España que “hay un estancamiento y desmantelamiento institucional que anula los hipotéticos esfuerzos contra la corrupción, sin reformas estructurales, integrales y efectivas, por lo que nuestro país seguirá enfrentándose a descensos sustanciales”.
La contratación pública en España es un problema grave debido a la falta de recursos legislativos y a una clara ausencia de actitudes y comportamientos éticos en las organizaciones y, además, se deja notar una falta de transparencia y de rendición de cuentas, a lo que hay que añadir un escaso peso de la formación en valores éticos en los diferentes niveles educativos. Las enseñanzas técnicas y tecnológicas deberían estar equilibradas con las relativas a la adquisición de competencias transversales. En mi labor académica, de más de 40 años, he trabajado por conseguir ese equilibrio y tengo que reconocer que he fracasado en los muchos intentos que he llevado a cabo. ¿Será que combatir la corrupción es una misión imposible?
Loa aragoneses somos un poco tozudos, así que seguiré intentándolo para introducir la ética en los ámbitos profesionales y empresariales, por si se puede con ello reducir, al menos la corrupción, para ello me he llenado de paciencia, porqué será necesaria.
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