Tecnología

Las dos marchas de la tecnología (parte II)

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Uno de los lugares que más me ha impresionado en los últimos años es un lugar en el que conviven y convivirán siempre las dos marchas: La Fageda.

La Fageda es una empresa, que se dedica a emplear exclusivamente a personas con problemas mentales severos, y que, de paso, hace yogures. (Para mí, los más buenos que he probado en mi vida).

Son el ejemplo de la convivencia entre lo analógico y lo digital. Entre esas personas que nunca van a poder controlar ni entender la tecnología, y la gente que necesita aplicar tecnología para que todo salga. Y me explico:

Cuando uno llega a La Fageda, le explican que la misión, visión y valores que uno entiende habitualmente de una compañía que quiere ganar dinero, se los han cargado y han decidido plantear un reto diferente: la misión visión y valores de esta gente es emplear a toda la gente con problemas mentales severos, discapacidades y exclusión social. Y para ello, les crean los puestos de trabajo. Y no al revés. Y eso ya dice mucho.

Pongámonos en contexto: años 80, el director general, que se llamaba Cristóbal Colon (sus padres, unos cachondos), decide que no se conforma con cultivar plantas con gente con discapacidad, se le queda pequeño, y que va a transformar su negocio en una fábrica de leche. Compra una vaquería, en un lugar recóndito de España y ahí que se pone, a fabricar leche, solamente con discapacitados.

Obviamente, inicia el proceso de adopción tecnológica de entonces: un ERP para controlar su fábrica, una cadena de producción, unos estándares de calidad con iot…

Y la UE pone un arancel a la leche y se le carga el negocio. Cualquier empresario cuerdo, cierra, porque tiene un pasivo laboral, no solo alto, sino complejo para recolocar y además su core de negocio ha desaparecido. Sin embargo, decide pivotar y producir yogures.

Cuando yo llegué a esa fábrica, a entender sus procesos tecnológicos, en mi cabeza solo cabía automatizar, productivizar áreas y efectivizar procedimientos obsoletos (a mi entender). Y cuando lo expresé, me dijeron “tú no entiendes nada”. Esto va de que cada puesto que amortices, se crea otro para que estas personas, con cero adopciones digitales, puedan seguir teniendo esta vida digna que tienen ahora mismo.

Y ahí me enamoré. De su manera de entender un negocio, de su manera de “evitar la tecnología”, para mantener esas dos marchas, que permitían seguir teniendo a empleados removiendo durante horas, una mezcla de frutas con almíbar, para hacer unas mermeladas y dignificar su existencia.

La Fageda, tiene muchísima tecnología. Tiene una CIO maravillosa, un ERP que funciona como un tiro y unos procesos de última generación. Pero a la vez, no tienen la prisa que pueda tener una multinacional yogurtera, en producir en masa, amortizar puestos de trabajo o efectivizar un área. Y animo al lector a buscar el EBIDTA de sus últimos 10 años. Sin embargo, ha aprendido a caminar en las dos marchas.

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