ARAME Opinión

Nunca la geopolítica fue tan popular

María López Palacín

Presidenta de ARAME

La geopolítica, a lo largo de la historia, ha sido una fuerza fundamental para determinar no solo la distribución del poder, sino también el rumbo de las sociedades y economías del mundo. Desde la Antigüedad, donde Atenas y Roma se erigieron como centros de poder en el mundo conocido, hasta los tiempos modernos, la geopolítica ha marcado qué países y regiones han tenido la capacidad de influir en el curso de la historia. En la Edad Media, España y Portugal dominaron el escenario global, gracias a su exploración y colonización de vastos territorios en África, Asia y América. Este poderío se mantuvo hasta finales del siglo XIX, cuando la hegemonía española comenzó a declinar, mientras que otros países, como el Reino Unido, Francia y, más tarde, los Estados Unidos, emergieron con mayor fuerza en el tablero mundial.

El siglo XX fue testigo de una de las mayores transformaciones de la historia. La Guerra Fría dividió al mundo en dos bloques ideológicos antagónicos. Esta división no solo definió las relaciones internacionales durante la mayor parte del siglo XX, sino que también tuvo profundas repercusiones en la política interna de los países y en las dinámicas económicas globales. Sin embargo, a finales de siglo, surgían nuevas potencias que comenzaban a tener un impacto creciente. Entre ellas, los BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica) se consolidaron como actores clave en la economía mundial. China, en particular, se ha convertido en una superpotencia económica y geopolítica, redefiniendo el equilibrio de poder global.

Hoy en día, la política internacional está marcada por el protagonismo de figuras como Donald Trump, Vladimir Putin y Xi Jinping, quienes lideran naciones con una influencia considerable en los asuntos globales. La política arancelaria de Estados Unidos, las tensiones diplomáticas con Rusia y las preocupaciones sobre el ascenso militar de China han cambiado la forma en que nos enfrentamos a la política internacional y sus efectos en nuestra vida cotidiana. La guerra en Ucrania, por ejemplo, ha demostrado ser un punto de inflexión en la geopolítica mundial, no solo en términos de las relaciones entre Occidente y Rusia, sino también en lo que respecta a la seguridad energética, la economía global y el orden internacional basado en reglas.

Las decisiones políticas y económicas de las principales potencias del mundo tienen un impacto inmediato en los mercados globales, las cadenas de suministro y, por supuesto, en nuestras economías nacionales

Este entorno global de incertidumbre y cambios constantes nos afecta directamente. Las decisiones políticas y económicas de las principales potencias del mundo tienen un impacto inmediato en los mercados globales, las cadenas de suministro y, por supuesto, en nuestras economías nacionales. Las políticas arancelarias, las sanciones internacionales y las medidas de protección económica de países como Estados Unidos y China influyen en el comercio internacional y en los precios de los bienes y servicios que consumimos. A su vez, los conflictos geopolíticos, como el de Ucrania, han aumentado la preocupación por la seguridad energética, lo que repercute en los precios del petróleo y el gas, afectando a todos los consumidores.

El contexto económico actual ha comenzado a mostrar signos de debilidad. Tras una larga lucha contra la inflación y teniendo Europa unos tipos de interés relativamente bajos, muchos países se enfrentan a nuevos retos económicos derivados de políticas fiscales y monetarias cada vez más restrictivas.

En este contexto, la unidad europea se presenta como una necesidad más urgente que nunca. Los desafíos geopolíticos y económicos requieren una respuesta coordinada, y la cohesión interna de la Unión Europea podría ser la clave para enfrentar los retos del futuro. Sin embargo, la unidad política dentro de la UE no está exenta de dificultades. Los intereses nacionales de algunos países, como Hungría, han dificultado la toma de decisiones comunes y han socavado la capacidad de la Unión para actuar de manera conjunta y efectiva en asuntos clave como la defensa, la política exterior o la economía. A pesar de ello, el consenso en cuestiones fundamentales, como la lucha contra el cambio climático, la reforma del sistema financiero global o el fortalecimiento de las políticas comerciales, podría ser posible si se superan las diferencias internas. Veremos hacia nos lleva el presente.

 

Related Posts

Resumen de privacidad

Esta web utiliza cookies para que podamos ofrecerte la mejor experiencia de usuario posible.

La información de las cookies se almacena en tu navegador y realiza funciones tales como reconocerte cuando vuelves a nuestra web o ayudar a nuestro equipo a comprender qué secciones de la web encuentras más interesantes y útiles.

Tienes toda la información sobre privacidad, derechos legales y cookies en nuestra página de Política de cookies