Javier Lozano Pérez
MARKETING & DISEÑO DE VIAJES Y EVENTOS
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Algunos bares del mundo singulares y sus claves de éxito
Hoy quiero dejar a un lado mi faceta de viajero para adentrarme en otra de mis pasiones, la formación y asesoramiento de establecimientos turísticos, recordando algunos bares del mundo donde he pasado momentos inolvidables y viendo cómo todos tienen algo en común que los hace únicos.
El Long Bar, donde se sirve el famoso cóctel Singapore Sling es uno de los bares que más llamó mi atención, y no es por su magnífico coctel Singapur Slíng, que también, sino porque en este lujoso bar del Hotel Raffles, uno de los mejores del mundo, la tradición dicta que las cascaras de los cacahuetes se tiran directamente al suelo, esto, en la que tiene a gala ser la ciudad más limpia del mundo.
Me encantan los bares “speakeas”, término equivalente a “tugurio” y que procede de Estados Unidos en los tiempos de la ley seca. Son bares a los que solo se accede por invitación, por lo que o conoces a un lugareño que te invite o lo tienes difícil para acceder. He tenido ocasión de estar dos veces en este tipo de bares, uno en Berlín, en un local decorado ad hoc para una sola noche y con la sospecha de que la policía podía aparecer en cualquier momento, el otro fue en El Cairo y más que un bar era la azotea de un ático donde se reunía gente de la progresía cairota y que entre el humo de las cachimbas y alegres canciones consumían mucho, mucho alcohol, en un país donde este producto, por cuestiones religiosas, está demonizado.
Pero tal vez del que mejor recuerdo guardo es del bar Manolo de Sevilla, en el carismático barrio de la Alfalfa, un clásico, auténtico de los de verdad, famoso por lo bien que tiraban la cerveza, por su ensaladilla y sus chipirones y por su ambiente típico y genuino, pero que la crisis económica derivada de la pandemia ha provocado que tras 85 años el bar Manolo cierre definitivamente sus puertas.
Bares, ¿por qué nos gustan tanto?
Si algo llama mi atención de estos y otros singulares bares del mundo son las claves de éxito que tienen en común. Practican la empatía, ponen al cliente en el centro, le dan, conocedores de su poder, todo el protagonismo y sobre todo se alegran de recibirle y de servirle.
Cuentan con equipos talentosos, al verlos trabajar demuestran profesionalidad y pericia. Cocineros, camareros y encargados reman juntos y con pasión en una misma dirección: la de hacer felices a sus clientes.
Son creativos, combinan la gastronomía y el servicio con otras disciplinas artísticas como la música o las artes escénicas dando como resultado un concepto innovador que los hace diferentes, únicos y memorables, superando siempre las expectativas del cliente.
Todos están especializados en algo que hacen realmente bien y que los diferencia del resto, puede ser una tapa, un plato, su música, actuaciones o el ambiente especial que saben conseguir.
Algunos forman parte de un hotel de gran lujo, otros son bares de ambiente alternativo, pero todos cuentan con procesos de trabajo rigurosos en los que todo está previsto dando lugar a la excelencia con grandes dosis de creatividad.
Los bares son lugares donde hemos pasado y pasaremos grandes momentos y que ahora que son tiempos difíciles tenemos que demostrarles nuestro agradecimiento acudiendo a ellos, ya que son, como decía Gabinete Caligari: “Lugares gratos para conversar, no hay como el calor del amor en un bar”.
Artículo incluido en la edición en papel de la revista Actualidad de las Empresas Aragonesas en diciembre de 2020