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El Hospital Clínico Universitario Lozano Blesa cumple 25 años como referente en implantes cocleares en Aragón

Esta unidad ha sido protagonista en la Reunión de Otoño de la Asociación Aragonesa de Otorrinolaringología, celebrada este sábado

La Unidad de implantes cocleares del Hospital Clínico Universitario Lozano Blesa cumple 25 años como referente para todo Aragón en la realización de estos procedimientos con los que se persigue hacer frente a la hipoacusia profunda o sordera total. Este cuarto de siglo ha supuesto “mucho trabajo y mucha satisfacción de saber que hemos ayudado a muchas personas, a muchos niños, a integrarse en la sociedad oyente y a que puedan desarrollar su vida plenamente”, explica el jefe de servicio de Otorrinolaringología del Lozano Blesa, Juan Royo.

La situación de este programa y sus retos de futuro han sido tratados este sábado en la Reunión de Otoño de la Asociación Aragonesa de Otorrinolaringología, que ha reunido en este centro sanitario zaragozano a medio centenar de participante. Esta jornada, que ha sido inaugurada por la consejera de Sanidad, Sira Repollés, también ha servido de homenaje al profesor Héctor Vallés, impulsor en su momento de este programa desde la jefatura de servicio de Otorrinolaringología y jubilado recientemente.

Más de 25 años atrás

“En nuestro Servicio nos planteamos, hace más de 25 años, la necesidad de atender a un grupo de pacientes hipoacúsicos que, hasta entonces, no podían beneficiarse de un tratamiento adecuado a su patología en nuestra Comunidad Autónoma”, explica Juan Royo.

Vista la necesidad, se estudiaron las experiencias en otros lugares, se realizó un estudio poblacional en Aragón y “diseñamos protocolos diagnósticos y de tratamiento adaptados a nuestro entorno de trabajo”, apunta el responsable del servicio. Por último, concluye, “comenzamos los contactos con las distintas personas e instituciones que consideramos debían entrar a formar parte del equipo de implantes, o apoyarnos en la consecución de nuestros fines”.

De esta forma se inició el trabajo para crear un equipo multidisplinar que pudiera asegurar una correcta selección de los candidatos, una cirugía adecuada y un seguimiento eficaz. Así, hay un equipo básico en la Unidad, formado por otorrinolaringólogo, audiólogo, foniatra y logopeda, al que complementan otros profesionales como pediatras, radiólogos, psicólogos, psiquiatras, educadores y asistentes sociales. 

“Una vez establecido y en marcha el programa, adoptamos la estructura de la llamada Mesa de Implantes, que sigue siendo fundamental en nuestro programa”, señala el jefe de Servicio de Otorrinolaringología. En este órgano se presentan todos los candidatos, se deciden los distintos tratamientos a seguir y se controla el seguimiento de todos los pacientes, ya sean candidatos o implantados.

“Aquí vieron que este nuevo servicio era imprescindible para los aragoneses. Veinticinco años después, las cifras les dan la razón: en torno a 560 personas se han beneficiado de recibir un implante coclear, el 45% de ellas niños”, ha expuesto la consejera de Sanidad. Tras un cuarto de siglo de funcionamiento, se han realizado en torno a 700 implantes cocleares, ya que algunos de ellos son bilaterales, fundamentalmente en niños pequeños.

El número de implantes anual ha ido ascendiendo a lo largo de estos 25 años, estabilizándose desde 2015 en unos 40-45 implantes anuales, salvo en el año 2020 como consecuencia de la pandemia de covid-19. Este crecimiento en las cifras se debe, fundamentalmente, a la ampliación de las indicaciones conforme los nuevos implantes consiguen obtener mejores resultados; a la información de la que disponen todos los profesionales sanitarios y educadores; y a la existencia de un programa de screening neonatal universal de la hipoacusia, que procura un diagnóstico temprano del neonato, con la consiguiente sensibilización de los padres y profesionales ante la posibilidad de un tratamiento precoz que solucione la minusvalía. 

«Los primeros momentos de cada nuevo programa siempre resultan duros», concluye Juan Royo, «pero conforme pasa el tiempo las satisfacciones son cada vez mayores, porque te das cuenta de que tu esfuerzo ha servicio para ayudar a la población en general y sobre todo a la población que sufre algún tipo de enfermedad o de discapacidad como es el caso de la sordera profunda».

Fuente: Gobierno de Aragón

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