Aragonanda Opinión

Canal Roya y Anayet. Un espacio que proteger

Aragonanda

Chema Tapia

Montañero y divulgador
chematapia.blogspot.com

No hay más que jalear en los medios un determinado tema para adquirir, en este caso, conocimientos de geografía. Si había alguien que no supiera de la existencia de la Canal Roya, creo que a estas alturas hoy la conoce todo el mundo, porque es indispensable el conocer para respetar. 

Y lo que parece desproporcionado es destruir un paisaje que lleva formándose los últimos 250 millones de años, un patrimonio natural y cultural, que es de todos, para el provecho de unos pocos. Contribuimos desde esta tribuna a ensalzar las bellezas de este extraordinario paraje natural, para que siga siendo salvaje en un futuro.

Damos comienzo a la ruta en el aparcamiento de Canal Roya, para cruzar el puente y tomar el GR 65.3, coincidente los primeros cinco minutos con el GR 11, que no abandonamos hasta los mismísimos ibones de Anayet. Seguimos la pista, dejamos a la izquierda la fuente del Cerezo, y a menos de media hora desde el arranque nos metemos por el señalizado sendero de la derecha. Cruzamos el río y pasamos junto al refugio de Lacuás. 

Recorremos todo el valle, hasta llegar a la Rinconada, apacible lugar con restos megalíticos. Apenas dos horas hasta aquí, donde nos disponemos para el duro tramo que nos espera, como una hora para superar el circo y entrar en la planicie que alberga los ibones. Dejamos atrás este magnífico valle, corredor de biodiversidad, cubierto por un glaciar de 200 metros de espesor hace diez mil años, llegando a un lugar de ensueño, en el que la poca profundidad de los ibones hace que se vayan colmatando, pero aún se puede disfrutar de su frescura visual, estando en un espacio entre el Anayet, al que nos dirigimos, y el Midi d’Ossau, algo más alejado, pero presente.

Es el momento de dejar el GR 11 que siga jugueteando con las láminas de agua, dirigiéndose a la otra vertiente de la planicie, al barranco de Culibillas. Por nuestra parte, tomamos uno de los varios senderos que se dirigen hacia el macizo que nos desafía, pero que está deseando acogernos. En media hora recorremos el primer tramo tendido y la más empinada subida final hasta el collado, una debilidad geográfica que media entre el Pico y el Vértice, pero también entre ambos y la Punta de las Negras, también llamado Falso Anayet.

Si había alguien que no supiera de la existencia de la Canal Roya, creo que a estas alturas hoy la conoce todo el mundo, porque es indispensable el conocer para respetar

Con la sempiterna mirada de su gemelo Midi d’Ossau, formado también en las entrañas volcánicas de la tierra, tomamos la senda que nos sube a una plataforma, desde la que hay que tomar un empinado y estorbado camino de piedras para llegar a la pared, junto a la cual vamos a ir progresando con la ayuda de una cadena que, aunque en los primeros pasos se haga prescindible, en la segunda parte, los amplios patios que se abren bajo los pies la hacen más que aconsejable. 

Una pequeña travesía horizontal nos deja al pie de una corta y vertical chimenea, que hay que acometer con cuidado, porque suele estar frecuentada, y que nos deposita ya en la cumbre, tras algo más de cuatro horas desde el inicio.

Extremando más las precauciones para el descenso de la chimenea, paso de cadenas de vuelta y al collado, desde donde podemos regresar por el mismo itinerario, o bien, desde los ibones, seguir por el GR 11 y bajar por el barranco de Culibillas hasta el corral de las Mulas, habiendo previsto un vehículo allí.

Más información:

https://chematapia.blogspot.com/2020/08/pico-anayet-desde-canalroya-hasta.html

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