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Pablo Cano ‘Patxi’: «En el Rock & Blues nos preocupamos mucho por las condiciones de los músicos, ponemos facilidades para que puedan venir a tocar»

Pablo Cano ‘Patxi’
Propietario del Rock & Blues

El Rock & Blues Café es una de las salas más icónicas, queridas y frecuentada de Zaragozas. Este año cumple dos décadas de trayectoria y lo celebra con un ciclo especial patrocinado por Ambar. Hablamos con Patxi, propietario desde hace siete años, para conocer más sobre la esencia de esta sala.

¿Qué papel ha jugado el R&B en la ciudad de Zaragoza?

Cuando arrancó la idea del primer propietario, Javier Jubera, es que fuera un lugar de blues. Lo que quisieron desde el principio es programar todos los jueves. Poco a poco fue dejando de lado la música porque la música en directo en Zaragoza no estaba como ahora, muchas veces la gente se iba fuera a ver conciertos de salas. Luego empezamos más salas a hacer conciertos en directo. Lo que cambió la dinámica de los conciertos de Zaragoza hace unos años fue que salieron unas ayudas para mejorar las salas y cambiar equipo y la generación más nueva que estábamos programando aprovechamos para acondicionar nuestras salas, equiparlas y profesionalizarlas. Trabajamos más correcto, más condiciones buenas para los músicos, tener buen equipo. Todo lo que ahora cualquiera entiende como una buena sala de conciertos.

¿Cómo definiría la filosofía de esta sala actualmente?

Yo traje mi manera de trabajar muchos años en La Ley Seca. Yo empecé en esa salita muy pequeña a prueba error. Cuando arranqué en La Ley Seca ya trabajaba con correo digital, la tecnología facilita mucho cerrar acuerdos con las bandas etc. y vas haciendo fondo de comercio y de clientes y bandas que ya conoces. Enseguida tuve inquietud de ir a otros sitios a probar y traje al Rock & Blues mi filosofía de trabajar. En la Ley Seca teníamos una programación muy intensa todo el año y poco a poco fuimos acondicionando el Rock & Blues a mi manera de ver las cosas y fuimos aumentando la programación hasta la actualidad.

Antes lo hacíamos todo gratis y ahora tenemos un mix: algunos conciertos son con entrada y otros no, para seguir manteniendo la entrada libre como espíritu de la sala, para bandas locales o que están en crecimiento, no forzarle a ir a taquilla sino buscar unas condiciones buenas para todos, aunque con los precios ajustados porque, aunque la entrada sea libre, nunca hay nada gratis.  

Tenemos un buen backline, nos preocupamos mucho por las condiciones de los músicos:  tenemos condiciones muy fáciles para que puedan venir a tocar. Aparte hay conciertos con los que no ganas dinero, pagas los gastos a la banda y a los técnicos, pero te da otro tipo de publicidad: por ejemplo, das a conocer la sala a un público diferente.

Tenemos un público flotante que a veces viene haya lo que haya. Poquito a poco hemos ido intensificando la programación; hemos traído ciclos como el XXX Bourbon Festival de La Ley Seca. Hemos sumado el ciclo de flamenco que tenemos súper asentado (un miércoles al mes), o el ciclo de Jazz & Más con el que llevamos años y con el que traemos jazz los domingos de primavera y otoño.

¿Cómo ve el panorama de la música en vivo en Aragón?

Por mucho que sea nuestro trabajo y a nosotros nos apasione, lo que es el público de música en directo es minoritario. Si sumas todos los aforos de las salas de Aragón, sin contar espacios municipales, no vas a sumar más de 15.000 plazas de conciertos. Aragón tiene poco más de un millón de habitantes. A la gente le gusta la música, pero animar a ir de conciertos es un trabajo que hay que ir haciendo poco a poco. Es cierto que hay una parte de la población de treinta y tantos años para arriba que tiene esa costumbre de ir a conciertos. Por ejemplo, ahora mismo creo que la salud de las salas de Aragón es espectacular porque mucha gente (los que tenemos entre 40 y 50) antes nos teníamos que ir a Madrid, Barcelona o Bilbao y ahora en Zaragoza hay muchos conciertos. No toca Pearl Jam o Coldplay pero todos los artistas de nivel medio que actúan en salas medias o pequeñas ahora ya pasan por Zaragoza.

La salud de las salas en Zaragoza es espectacular ahora mismo

¿De qué manera se atrae a los menores de 35 a las salas?

Sobre todo, no pensar en si lo valoran o no. Cada sala tiene su propio estilo de música. Al final, intentas programar tratando de rejuvenecer el público, que yo creo que se ha rejuvenecido. En pandemia, desde la Asociación Aragón en Vivo (a la que pertenecemos la mayoría de las salas de Aragón) estábamos asustados por si después era un solar, hubo un cierre y al final salvamos la pandemia con el mismo número de salas. Respecto a la pandemia, casi todos seguimos pagando proyectos o deudas de esos tiempos. A veces en esta sociedad que va todo tan rápido no nos acordamos de que hace dos años no podíamos trabajar.

Pensábamos que íbamos a perder público y ganamos.  Veo que poco a poco viene gente más joven. Cada promotor y cada sala va poco a poco. Nos guste o no nos guste, a la gente joven le gusta otro estilo de música y a veces la gente de nuestra edad hacemos desprecios a la generación más joven. Hay cosas de música moderna que igual no son mi estilo, pero les veo la calidad, sean de masas o más underground.

Con la pandemia la generación joven generó su propio público y canales de comunicación. Ahora mismo tenemos que conseguir público entrando en sus canales. Las salas tenemos que aprender a llegar a ellos.

La edad media de nuestra sala es de unos 26 años, pero hay gente que viene con sus hijos; hay conciertos a los que viene gente joven.  Ver a una banda tocando siempre ha llamado la atención.

La salud de las salas en Zaragoza es buena, se está trabajando poco a poco. A veces le pedimos peras al olmo: quieres llegar a la gente joven con los estilos musicales que te gustan a ti y hay que darse cuenta de que a lo mejor tu estilo ya no es para gente joven.

No está todo perdido porque sigo trayendo bandas de soul, de country internacionales con gente de veinte o veintipocos. Pero mucha gente joven va hacia otros estilos de música. ¿Terminaremos programando esto? Pues no lo sé si lo haré yo o mi hijo cuando coja las riendas de la sala (risas). Estamos en ese impasse: entre los 70 y los 90 los gustos iban variando pero siempre estaban dentro de las mismas madres pero con la música de las nuevas generaciones hay un cambio,de verdad hay una ruptura brutal.

¿Tiene algo que envidiar Zaragoza en cuanto a oferta musical y de salas a otras ciudades como Madrid o Barcelona?

No. Tengo mucho público que viene de Valencia, de Vitoria, de Madrid, de Bilbao, de Pamplona… Vienen a Zaragoza porque el alojamiento normalmente es barato, la hostelería también. La gastronomía está bien, somos una ciudad muy amable. Las entradas a los conciertos suelen ser más baratas que en ciudades más grandes. Hay mucha gente que está viniendo a Zaragoza a conocer nuestra sala, aunque no creo que seamos la única.

Estamos haciéndonos una posición por una sencilla razón: Madrid y Barcelona son áreas metropolitanas de 6 o 7 millones de personas, hay mucho público, pero al mismo tiempo tienen una oferta desmedida. Todas las bandas internacionales quieren pasar por Madrid y Barcelona y al final hay tanta oferta… Ante,s una banda de Bilbao, Murcia o Zaragoza tenía que ir a Madrid o Barcelona sí o sí. Y ahora muchas van allí cuando han petado en el resto de España porque triunfar allí es complicado, pero no por calidad, sino porque hay tanta oferta que hay demasiado ruido. Sin embargo, en Zaragoza hay una oferta musical que casi puedes ir los siete días de la semana de concierto y el fin de semana también tienes mucha oferta pero es todo mucho más accesible.

Algunas bandas internacionales casi prefieren tocar en fin de semana en Zaragoza o Bilbao porque saben que en fin de semana en Madrid la competencia es descomunal y prefieren ir allí entre semana.

Háblenos del ciclo que ha organizado para celebrar el 20 aniversario.

Con casi todas las bandas hay una relación directa. The Screamin’ Cheetah Wheelies es una banda que me encanta, una banda de culto, que podría haberse hecho perfectamente en la Oasis. Las entradas se vendieron en cuatro días. La Steep Water Band, que vienen al día después, es otra banda que nos gusta mucho. Finalmente Soulful Christmas lo hacemos con una banda de soul que son un grupo de músicos y todos han tocado en el bar, celebraremos las navidades con un sello 100% Rock & Blues.

Redacción AEA: LLM
Foto: Jaime Oriz

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