RSC
Juan José Cubero Marín
Exprofesor titular de la Universidad de Zaragoza
jjcooperm@hotmail.com
Habitualmente, en esta sección de la revista Actualidad de las Empresas Aragonesas, venimos publicando artículos referidos a las novedades que se van produciendo en el ámbito de la R.S.C., hoy transformada en E.S.G., que es lo mismo, pero en inglés, con algún pequeño cambio en los términos que la definen: ENVIRONNEMENT, SOCIAL Y GOBERNANCE.
La tendencia que muestran estos cambios tiende a entender la función de la empresa como algo más amplio que solo la búsqueda de objetivos puramente económicos, aunque también. Esas siglas E.S.G. abarcan los términos Medioambiente, Social y Buena Goibernanza de la empresa, pensando principalmente en las personas, en la sociedad y en el cuidado de nuestro planeta. Esto se puede entender como un avance hacia el desarrollo del concepto señalado en el título de este artículo, LA EMPRESA ÉTICA.
Aquí es donde se nos presenta la pregunta: ¿Qué es una empresa ética? Vamos a responder señalando las responsabilidades que tiene que asumir una empresa para que sea considerada como ética. Veamos cinco principios, totalmente asumibles por las empresas incluso por las PYMES.
1.- Buena Gobernanza: Anteriormente se conocía como la forma de gestionar la empresa, principalmente para mejorar el rendimiento económico de la misma. Ahora esta nueva idea aplica actividades relacionadas con la Corrupción en cualquiera de sus formas, la Transparencia, los Indicadores y su Información, la Economía Circular, la Diligencia Debida, el Compliance, la Innovación, los Códigos de Conducta y en general, todo lo que tenga relación con la política de la empresa.
2.- Poner a la persona en el centro de las actividades de la empresa: Se debe incluir, en la medida de lo posible al conjunto de la sociedad, principalmente a la del entorno más próximo a la empresa. Toda regulación existente se debe cumplir, como es el caso de la Ley de Protección del Denunciante; lo mismo se puede decir de todo lo relacionado con la Seguridad y Salud Laboral; con el desarrollo de la formación permanente de sus empleados, clientes y proveedores para asegurar el progreso de la empresa y el de todos sus grupos de interés.
3.- Considerar a la mejora del medioambiente como un requisito más a tener en cuenta, en este caso en relación con la conservación del planeta en que vivimos, asegurando un menor consumo de agua, energía, materias primas, recursos materiales, etc. que cada vez son más escasos y todo ello para reducir la contaminación de las actividades que realiza la empresa, sin olvidar la importancia del reciclaje.
4.- Cadena de valor responsable, circunscrita a todos los grupos de interés del entorno de la empresa y a todas sus actividades. En este punto queremos insistir en la importancia de una ética empresarial que, sin lugar a dudas, incrementará y mejorará los resultados de la empresa, ya que los clientes y consumidores, ya hace algún tiempo, se han dado cuenta de los beneficios que produce una gestión ética de estas organizaciones. Un código de conducta o de ética, por el cual se debe regir la empresa, y si se informa a todos los grupos de interés, se darán a conocer sus principios básicos, más que suficientes para considerar a esas empresas que lo cumplan, como esa excelencia, que algunas veces se les pide.
La propia empresa, cumpliendo los cuatro principios anteriores, podrá autocertificarse, garantizando su cumplimiento, como una “Empresa ética”, y favoreciendo un desarrollo sostenible, haciendo progresar al negocio, manteniendo los puestos de trabajo y soportando, en las mejores condiciones, los efectos del Cambio Climático.
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Para las PYMES, estos planteamientos pueden ser entendidos como algo difícil de conseguir; pero esta idea se desmonta fácilmente, debido a que al ser pequeñas empresas, es más fácil de cambiar con eficiencia todo lo que pueda mejorarse y además en plazos muy cortos. Al menos así lo entendemos.
Debemos señalar que se trata de un primer artículo en el que hemos incluido el concepto de “Empresa ética”, de una manera muy resumida, pero que seguiremos publicando en esta sección de la revista A.E.A. con el fin de dotarle de los contenidos necesarios para una aplicación en el mundo empresarial, eficiente y rentable.
Y para terminar, insistir en la forma de entender el funcionamiento de las empresas, que hay que cambiarlo, para evitar situaciones, como define J. de la Bruyere: “Hacer las cosas como todos” es una máxima sospechosa, que casi siempre significa: Hacer las cosas mal”.