Opinión RSC

La gestión ética en las empresas del siglo XXI

Juan José Cubero Marín

Exprofesor titular de la Universidad de Zaragoza

jjcooperm@hotmail.com

El contenido de este artículo se dirige a los profesionales que desarrollan sus actividades en las maltratadas PYMES, con la pretensión de que estas empresas, estén bien gobernadas, y mantengan el negocio y sus puestos de trabajo siendo más competitivas.
Ciertamente hay una necesidad de cambiar la forma de entender todos los avances e innovaciones de todo tipo, que, sin prescindir de ellas, deban acompañarse de la aplicación de principios éticos en las diversas actividades que desarrollan las empresas.
Estas ideas se basan en que en los últimos años están surgiendo regulaciones, que ya apuntan hacia un Cambio Humano, que es tan importante como el Climático y que buscan soluciones a los problemas que hoy padecemos, algunos muy graves y urgentes.
Se aprecia una confluencia muy generalizada hacia ese Cambio y esto lo dicen organismos tan significativos, como son las Naciones Unidas, la Unión Europea, la OCDE, la OIT, los propios estados y comunidades autónomas. En todas ellas se nos plantea la necesidad de tener en cuenta todo lo relacionado con los derechos Humanos, los aspectos Sociales y Laborales, la Buena Gobernanza, la Prosperidad, la Transparencia, la Ética y la lucha contra la corrupción, y por supuesto, todo lo relacionado con Cambio Climático.
Todo esto quiere decir que debemos cambiar nuestra forma de pensar, nuestra conducta y nuestros hábitos poco constructivos, en la mayoría de los casos. Por eso es necesario integrar lo anteriormente descrito y evitar la indeseable burocracia en la forma de gestionar las empresas. Se debe avanzar en el Desarrollo Humano, al mismo tiempo que se debe avanzar junto al Desarrollo Científico y Tecnológico, no pueden ni deben, ir por vías separadas.
Del análisis de las regulaciones que van apareciendo, se puede estimar que hay un 70% de requisitos que se repiten entre todas ellas, de ahí que la integración de las exigencias planteadas se pueda simplificar mucho y así poder facilitar sus aplicaciones efectivas, pasando de los papeles a una realidad eficiente. Es decir, lo que ya hace algún tiempo se lleva a cabo en el caso de los sistemas de gestión de la Calidad, del Medio Ambiente y de la Seguridad y Salud Laboral, ahorrándose mucha documentación.

La mejor herramienta a aplicar para conseguir esa integración de sistemas es la educación a todos los niveles, donde una formación basada en las competencias profesionales y en el caso de lo que hablamos en este artículo, creemos que son las competencias transversales las que hay que desarrollar en los programas formativos. Como se puede intuir, nos referimos a todo lo relacionado con las personas, muy importante y por eso se repite con alguna frecuencia, “el Capital Humano es el activo más importante de las empresas”. El dominio de estas competencias transversales, entre otras muchas cosas, permitirán discernir lo más conveniente a aplicar, ya que hay multitud de alternativas que se pueden presentar ante cualquier situación. Por eso, igual es necesario recordar lo que decía Aristóteles, en su libro ‘Ética a Nicómaco’: “Hay un solo modo de ser bueno y muchos, de ser malo”.

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