El asesor financiero, una figura clave en la toma de decisiones financieras de familias y empresas
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Pilar Barcelona
Delegada territorial del Comité de Servicios a Asociados de EFPA España en Aragón
En un entorno económico marcado por la volatilidad y la incertidumbre, contar con un asesor financiero marca una diferencia significativa en la gestión financiera, tanto para las empresas como para familias. La creciente complejidad de los mercados financieros en los últimos años, junto con la amplia oferta de productos de inversión y ahorro existente, plantea retos que no siempre son fáciles de afrontar sin el acompañamiento de un experto. Un asesor financiero aporta claridad, perspectiva y, sobre todo, un enfoque estratégico que permite tomar decisiones informadas y planificar con confianza el largo plazo.
En el ámbito empresarial, la planificación financiera es un pilar esencial para garantizar la sostenibilidad y el crecimiento de cualquier compañía. Una buena estrategia financiera no solo ayuda a optimizar la asignación de recursos, sino que también facilita la identificación de oportunidades, ayuda a adelantarse a riesgos potenciales y puede ayudar a optimizar la factura fiscal de la empresa. Este enfoque resulta clave en un mundo donde los cambios en los mercados y las normativas pueden tener un impacto significativo en la competitividad de cualquier organización. Por ejemplo, una empresa perteneciente al sector industrial podría requerir un análisis detallado de sus flujos de caja y un asesoramiento en la gestión de su deuda para asegurar su estabilidad financiera, mientras que otra empresa de sectores más dinámicos, como la tecnología o los servicios, el asesoramiento financiero puede ser crucial para ayudar a diseñar una estrategia de inversión que acompañe a los planes de crecimiento de una compañía.
En el ámbito familiar, las decisiones financieras son igual de relevantes. Las familias deben gestionar recursos limitados para alcanzar metas esenciales como la educación de los hijos, la adquisición de una vivienda o mantener el poder adquisitivo en el momento de la jubilación. Estas decisiones, aunque parezcan simples y enmarcadas dentro de la cotidianeidad, requieren un conocimiento profundo de los productos financieros y de sus riesgos asociados, especialmente en un momento en el que las opciones son cada vez más variadas. El papel del asesor no solo proporciona orientación sobre qué productos o estrategias pueden ser más adecuados para alcanzar estos objetivos, sino que también ayuda a las familias a establecer prioridades y a mantener una disciplina financiera a lo largo del tiempo. Por ejemplo, un hogar que desea ahorrar para la educación universitaria de sus hijos puede beneficiarse de una estrategia personalizada que combine planes de ahorro a largo plazo con inversiones diversificadas y ajustadas a su perfil de riesgo.
Uno de los mayores desafíos a los que se enfrentan las familias y empresas es la influencia de los sesgos cognitivos y emocionales en la toma de decisiones financieras. Fenómenos como el exceso de confianza, una elevada aversión al riesgo o el miedo en momentos de elevada incertidumbre pueden llevar a tomar decisiones poco equilibradas, ya sea sobreestimando las capacidades de la organización o evitando inversiones necesarias por temor a posibles pérdidas. Es aquí donde el asesor financiero desempeña un papel fundamental: ofreciendo una perspectiva objetiva y basada en datos, ayuda a los empresarios a adoptar decisiones más racionales y sostenibles.
Más allá de su conocimiento técnico, el verdadero valor del asesor financiero radica en su capacidad para entender las circunstancias y aspiraciones únicas de cada cliente. Construir relaciones basadas en la confianza no solo permite minimizar errores, sino también empoderar a familias y empresas para navegar con seguridad en un entorno financiero cada vez más dinámico y exigente.
Vivimos en un mundo donde la información está al alcance de un clic, así que el papel del asesor financiero va más allá de proporcionar datos a un cliente. Su labor se centra en interpretar y contextualizar esa información, transformándola en estrategias prácticas que cumplan los objetivos de ahorro y estabilidad financiera.