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Víctor Serrano (Urbanismo): «Zaragoza necesita proyectos que generen inversión y empleo»

Víctor Serrano

Concejal de Urbanismo del Ayuntamiento de Zaragoza

Antes de recalar en el Ayuntamiento de Zaragoza, Víctor Serrano ejerció la abogacía durante más de veinte años. Actualmente, como concejal de Urbanismo, sus objetivos pasan por poner en marcha proyectos que generen inversión y empleo y que ayuden a desarrollar la ciudad en torno al medioambiente y la energía verde para poder lograr que la ciudad tenga unos altos estándares de calidad de vida

¿Podría hablarnos brevemente de su trayectoria profesional antes de recalar en el Ayuntamiento?

Durante más de veinte años he ejercido la abogacía desde mi despacho profesional, un despacho familiar que fundó mi padre en 1965. La abogacía es una buena escuela para la política. No le voy a ocultar que a veces la echo de menos, pero es un honor trabajar por Zaragoza.

¿Qué balance hace de estos casi dos años de trabajo en el Ayuntamiento?

Creo sinceramente que en muy poco tiempo el equipo de Gobierno de Ciudadanos y Partido Popular ha sido capaz de tres cosas fundamentales: revertir la terrible inercia de que Zaragoza estuviera en el centro de los líos políticos que paralizaban la ciudad, reducir una deuda que nos lastraba y, tras diluir el atasco monumental, atraer proyectos que hacen hoy de Zaragoza una ciudad atractiva para la inversión mundial. 

Lo hemos visto con el hospital privado y con Becton Dickinson: en plena pandemia mundial hemos hecho de Zaragoza centro de las mayores inversiones en sanidad y material sanitario. Más de dos mil empleos a futuro y veinte millones de euros de ingreso directo para afrontar lo que nos viene. Y todo esto en plena pandemia mundial. 

Con eso y con todo, nos quedan muchas cosas por hacer y mejorar, y por eso a este equipo de Gobierno, desde la humildad, los problemas le pillan trabajando y los convierte en oportunidades. Para mí es un honor y una responsabilidad tener la oportunidad de trabajar con este equipo de Gobierno. La exigencia es alta. Como ve, estímulos no nos faltan.

¿A cuánto asciende el presupuesto para este año en su área y qué proyectos destaca de los que vayan a poner en marcha?

El presupuesto de este año, con 85 millones de euros, es el más inversor desde tiempos de la Expo 2008. Con un gran esfuerzo, porque a diferencia de lo que pasó en ese evento, en este momento no hemos recibido ni un solo euro de ayuda de ninguna otra administración y porque estamos en una pandemia mundial. 

Los proyectos de urbanismo aúnan tres aspectos que deben guiar nuestra acción como Gobierno: luchar contra el cambio climático, fundada en la reducción de las emisiones de CO2, generar empleo y proyectar Zaragoza al futuro con proyectos que tengan sentido en plena pandemia y después de la pandemia. La prolongación de Tenor Fleta es un ejemplo, porque el mismo día que la completemos nos pedirá más actuaciones urbanísticas en su entorno. 

La supermanzana del entorno de Salamero, estudiar otras supermanzanas en la ciudad, las obras del corredor verde, el proyecto de Giesa, el Plan de mejora de escena urbana en Pignatelli o el Nuevo viario de la margen izquierda del Canal, con varias fases de ejecución, para poder acompasar su construcción al desarrollo de las áreas de intervención pendientes de desarrollo, son ejemplos de mejora de la escena urbana, calidad de vida, reducción de CO2 y generación de inversión. 

Otro eje es el de la energía: estamos ante el gran reto de que Zaragoza se abastezca solo, no tardando mucho, de energía verde producida en su entorno. Un proyecto tan ambicioso como apasionante.

«Zaragoza necesita proyectos que generen inversión y empleo, y desarrollen la ciudad en torno al medioambiente y la energía verde»

Recientemente se aprobó una modificación del PGOU. ¿Qué usos se podrán dar a los locales vacíos gracias a esta modificación?

Prácticamente todos, de manera ordenada. Teníamos que adoptar medidas para acabar con la degradación que supone tener locales abonados en todos los barrios y distritos de la ciudad, algunos durante décadas. 

Cuando algo deja de cumplir su función, hay que reinventarse, y eso hemos intentado aquí permitiendo ampliar los usos de los locales vacíos, dando facilidades para que se conviertan en viviendas, estimulando la implantación de actividades alternativas como los estacionamientos de patinetes, bicicletas, etc. para que salgan de las aceras, de vehículos privados convencionales, almacenes, trasteros, etc. 

A muchos locales lo que les ha pasado es que se han visto inmersos en la decadencia tras la crisis del sector inmobiliario del 2008 y los cambios en las costumbres comerciales. Hay que intentar dar una nueva oportunidad a estos espacios. 

¿Qué requisitos principales tienen que cumplir los locales para que puedan usarse como viviendas?

Fundamentalmente todas las relacionadas con habitabilidad y dimensiones mínimas. Hemos querido eliminar cualquier riesgo de infravivienda y por eso hemos limitado la actuación, cuando los locales se transformen al uso residencial y su superficie total no supere los 140 m2, a no admitir ninguna nueva vivienda con una superficie útil inferior a 45 m2, y cuando se superen los 140 m2, la superficie útil mínima por vivienda será de 55 m2.

Se hace una excepción cuando la superficie continua de local o locales que se transforman en vivienda no alcanza a permitir una de 45 m2 de superficie útil, en cuyo caso podrá autorizarse una menor, siempre que se superen los 37 m2 requeridos por el Plan General de ordenación Urbana.

¿Qué nos puede adelantar sobre lo que será la futura plaza y supermanzana de la zona de Salamero?

La plaza de Salamero debe ser un espacio pacificado al tráfico, nulo en emisiones de CO2, que tenga en cuenta que va a ser el centro de una gran supermanzana. Queremos conservar la visual de la Iglesia de Santiago desde la calle cinco de marzo, y queremos que haya un alto grado de digitalización. 

Generaremos un espacio verde con alternativas a los grandes arbolados y, tal y como nos han pedido los vecinos, será una plaza que tendrá en cuenta que en su entorno hay hostelería, comercio de proximidad, tres colegios y que es una zona central de la ciudad. 

La plaza de Salamero debe ser un foco de atracción, que la gente no pase por la plaza, como ocurría ahora, y se quede en la plaza. Lo que también le aseguro es que vamos a abrir un breve pero intenso proceso de participación para que todos los vecinos de Zaragoza nos digan qué plaza quieren.

La supermanzana va a transformar el centro de la ciudad. Va a oxigenar el centro, atraerá nuevas iniciativas comerciales y urbanas y será un polo de atracción útil para regenerar Pignatelli. Un cambio profundo en la concepción de una parte vital de la ciudad que se estaba degradando.

«Los proyectos de urbanismo aúnan tres aspectos que deben guiar nuestra acción como Gobierno: luchar contra el cambio climático, fundada en la reducción de las emisiones de CO2, generar empleo y proyectar Zaragoza al futuro»

Una de las reivindicaciones históricas de Zaragoza, las obras de prolongación de Tenor Fleta, comenzaron a finales de 2020. ¿Qué mejoras aportará esto a la movilidad de la ciudad? ¿Estarán acabadas las obras en plazo?

A finales de este año o principios del año que viene esta demanda histórica del barrio de San José y de toda la ciudad va a ser una realidad. Por fin, después de veinte años de atasco, este Gobierno municipal ha conseguido con mucho diálogo e interlocución con ADIF lo que otros intentaron sin éxito. En cuanto a movilidad, la transformación de la ciudad va a ser total. 

Se completa un eje este-oeste inexistente, que nos empezará a pedir muchas cosas. Tenor Fleta será como cuando alguien alquila o compra una nueva vivienda que está vacía y la propia casa le va pidiendo qué es lo que falta. Lo primero que nos van a decir los vecinos de San José es que intentemos aprovechar la relación con ADIF para empezar a hablar de una red de cercanías, ya casi construida, en la estación de Miraflores. Y le voy a adelantar una cosa: ya estamos en ello. De hecho, para exigir hay que predicar con el ejemplo, y en este presupuesto ya llevo una partida presupuestaria para acondicionar el acceso a la estación de Miraflores desde la nueva prolongación. 

Lo siguiente que veremos, con efecto inmediato, es el desarrollo urbanístico de este sector, haciendo ciudad con un concepto de grandes espacios que a su vez sean espacios compactos dentro de los cinturones de la ciudad. La importancia de esta obra va a marcar el desarrollo de la ciudad en al menos una década.

Uno de los proyectos que han quedado pendientes es la reforma de la Romareda, ¿se retomará en esta legislatura?

Necesitamos tener un horizonte distinto. La pandemia ha roto la posibilidad de seguir avanzando en este momento. Seguimos en plena pandemia mundial y eso ha cambiado las prioridades. Las prioridades hoy son generar riqueza y empleo. 

El camino que hemos emprendido atrayendo el proyecto de Becton Dickinson a La Cartuja, -ojo estamos hablando de 500 empleos en una primera fase, más otros tantos a futuro-, o la construcción de un hospital que generará más de 700 puestos de trabajo directos y 400 indirectos nos marcan el camino a seguir. Y créame si le digo que alguna buenísima noticia más podremos dar al respecto. 

No rehúyo, no obstante, la pregunta: me encantaría resolver el dilema jurídico y económico de la operación en La Romareda. Para eso necesito un escenario sin pandemia, de buenas relaciones institucionales con el Gobierno de Aragón y con el Zaragoza metiendo goles para generar ilusión. Si vuelven a coincidir los tres escenarios, volveremos a escena. Créame si le digo que, como puede verse, me encantan los retos. Y al alcalde, ni le cuento…

«La plaza de Salamero debe ser un espacio pacificado al tráfico, nulo en emisiones de CO2, que tenga en cuenta que va a ser el centro de una gran supermanzana»

¿Prevén realizar algún proyecto para que Arcosur remonte?

En Arcosur hemos hecho muchas cosas desde el plano urbanístico. Primero, no mirar a otro lado y ser conscientes de que al ritmo actual y con la dispersión existente Arcosur no era lo suficientemente atractivo. Y por eso hemos hecho muchas cosas, en constante dialogo con la Junta de compensación y los vecinos. 

Hemos limitado el desarrollo por fases, con las famosas separatas, para evitar la dispersión de edificios y obras de urbanización que en nada contribuyen ni a la imagen ni a la prestación de los servicios públicos que prestamos como ayuntamiento. Hemos condicionado las nuevas licencias a que se construyan nuevos depósitos de agua y se acometan otras obras de urbanización. Cuando llegamos al Ayuntamiento, y con la previsión que había de nuevos edificios, estuvimos corriendo el riesgo de que los vecinos tuvieran serios problemas de abastecimiento. Afortunadamente, llegamos a tiempo. 

Además de urbanizar y edificar con sentido, hemos hecho algo también importante, tener en cuenta en los nuevos desarrollos que no podemos remar en contra de Arcosur. Yo siempre digo que Bon Area en Épila va a ser una buena oportunidad para el desarrollo del barrio y debernos estar preparados. Hoy Arcosur absorbe lo que absorbe, en torno a cuatro o cinco edificios al año. Lo primero para tener un objetivo es no engañarse en el diagnóstico. Superada la fase de diagnóstico hemos cogido el toro por los cuernos.

¿Qué actuaciones cree que necesita Zaragoza antes de que finalice esta legislatura? ¿Qué proyectos le gustaría no dejar sin hacer?  

Proyectos que generen inversión y empleo, y desarrollen la ciudad en torno al medioambiente y la energía verde. Y Empleo, empleo, empleo y más empleo. Tenemos que hacer de Zaragoza la ciudad en la que vivir sea amable, con unos estándares de calidad de vida que superen a los de otras ciudades. 

Hoy en día las grandes ciudades competimos. Rehuir la competición es perder. Le pongo un ejemplo: los dos grandes proyectos generadores de empleo en Zaragoza y Aragón son hoy por hoy el nuevo Hospital de Quirón y la implantación de Becton Dickinson. Ambos se han quedado en Zaragoza porque hemos sabido ser competitivos y tener ambición de ciudad. Le pongo un ejemplo: del 2003 al 2010 se vendieron en Zaragoza 30.000 m2 de suelo industrial propiedad del Ayuntamiento de Zaragoza. Del 2010 al 2021, cero. 

Este año vamos a vender 102.000 m2 de suelo industrial, y eso es lo que permite implantar empresas y generar tanto empleo. Las ciudades que no compitan, que paralicen su urbanismo y que no sepan leer el presente para afrontar el futuro, estarán perdidas.

Me encantaría dejar a Zaragoza encauzada para que antes del 2025 toda la energía que consume la ciudad sea 100% verde y producida en nuestro entorno.

Zaragoza puede y debe competir con cualquier ciudad en una cosa: tiene que ser la ciudad amable, con un estándar de calidad de vida que haga que la gente quiera venir a vivir aquí.

Redacción AEA/ LLM

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